Todo un reto, con una participación sorprendente, bajo una cuidada organización y con una dificultades técnicas y físicas considerables.
La mañana del 24 de mayo amaneció fresca. Y a las 8:00 h, más de 2.000 bikers partíamos de Madrid con rumbo a Segovia, para participar en la primera edición de la BH Madrid – Segovia.
Todos, muy ilusionados y dispuestos a disfrutar de una prueba con un formato interesante y original, abandonando las tradicionales rutas circulares y apostando por una ruta lineal. Un gran acierto, sin lugar a dudas.
En la ruta, no ha faltado de nada: subidas empinadas, pasos de montaña, descensos vertiginosos, trialeras, sendas estrechas, pistas, piedras…
No te permite ninguna relajación. Muy intensa y sin espacio para el aburrimiento.
Transitamos por los términos municipales de El Pardo, Tres Cantos y Colmenar Viejo. La primera dificultad técnica la encontramos en el descenso al puente de la Marmota (siglo XVIII), donde cruzamos el río Manzanares e iniciamos un continuo ascenso que nos conduciría a Manzanares el Real, una vez que atravesamos el embalse de Santillana.
Y toda esa zona, con las vistas de la sierra, nevada en las cumbres y con el famoso macizo de granito de la Pedriza al frente. Fantástico fondo para disfrutar de nuestras pedaladas.
Continuamos paralelos a la Sierra, hacia Mataelpino y el pueblo de Navacerrada, dispuestos a afrontar la subida al pinar de la Barranca, que ya se nos hizo dura. Parece que intentábamos esquivar al puerto de Navacerrada, que lo vamos manteniendo a la izquierda de nuestra ruta.
En la bajada, aparecemos en Cercedilla, donde entramos y salimos neutralizados.
En la plaza, avituallamiento, servicio técnico y zona de exposición.
Y cuando crees que estas repuesto, de nuevo en marcha, a afrontar la ascensión a la Fuenfría. Afrontamos sus 12 km de ascensión fatigados, en especial los primeros, hasta que coges un ritmo cómodo y llegas a la pista de la carretera de la República.
Fantásticos miradores para disfrutar de la belleza de la sierra madrileña y, una vez coronado, vertiginoso y pedregoso descenso con la vista puesta en Segovia.
Atravesamos los pinares de Valsaín y grandes praderas de un intenso color verde.
Los grupos están ya muy fragmentados. A pesar de la gran participación, hay momentos en los que no llegas a ver nadie por delante ni por detrás y llegas a sentir una absoluta soledad inmerso en esos grandes parajes.
Poco a poco, nos fuimos acercando a Segovia, con un entorno menos amable, más recio, como corresponde a esta zona de la meseta castellana.
Entrada en meta, lavado de bici y primeros comentarios entre los compañeros de ruta. Todos, satisfechos con la gesta realizada.
Y para terminar de llenar los depósitos de gloria, tras el paso neutralizado por las calles de Segovia, descenso por la escalera, paralelos al acueducto y donde el público asistente nos ovacionaba entusiasmado, esperando ver a sus amigos y familiares llegar.
Fantástico formato de la prueba, increíble esfuerzo logístico de la organización, excelente señalización de la ruta, perfectamente atendida por personas que nos indicaban el camino a seguir.
Cuidada atención a los acompañantes de los participantes, con indicaciones sobre donde podían ver el paso de sus familiares y amigos a lo largo del recorrido.
Me parece, que la prueba puede convertirse en un clásico a repetir anualmente. Y os la recomiendo. Y para la próxima edición, allí estaremos, a repetir experiencias y volver a disfrutarlas.
Todos, pudimos disfrutar de fotos y diploma finisher en: www.madridsegoviamtb.com
Agradecer a Raúl (Lastlap) las facilidades que nos aporta para realizar nuestro trabajo y a mis compañeros, Esmeralda Azuaje y David Molero, su ayuda, colaboración y compañía.
Nos vemos por los caminos…