Una muesca más, una experiencia nueva, Skoda Gran Fondo Priorat 2017 a la saca. Bueno, que en realidad fue la Medio Fondo ya que a la hora de inscribirme ya no había sitio para la Gran Fondo. Con 54km, 1420m de desnivel acumulado que viniendo de ¾ partes de Everesting Challenge la semana anterior que tuve que abortar por mal tiempo (encontraréis la crónica completa en mi web) ya tenía más que de sobras, aunque acabé con 58,5km y 1600m por dar un par de rodeos innecesarios.
Pero vamos por el principio, la jornada empezó pronto, a las 4am sonando el despertador para desayunar, cargar el coche y casi las 2h de trayecto, para estar poco después de las 7am recogiendo el dorsal.
Tuve la suerte de aparcar al lado de la salida y como iba con mucho tiempo (mi salida era a las 9:20h) me acerqué a ver la salida de los valientes de la Gran Fondo.
Se salía en diferentes cajones, según horarios, para evitar las aglomeraciones en los caminos, de 8 a 8:50h los de la Gran Fondo, de 9 a 10 los de la Medio Fondo, y cuando me tocó el turno me puse en primera fila.
Y os preguntaréis, “Porqué si todos van con el maillot oficial de la carrera yo soy el chulo que va con otro?” Pues porque harto de tener el cajón de maillots conmemorativos que casi nunca me pongo quise tener un detalle y a la hora de hacer la inscripción pedí la XS para mi mujer. Cuando después me enteré que era “obligatorio” usarlo ese día quise cambiarlo porque lógicamente me iría algo justito pero cuando recogí el dorsal y comenté lo ocurrido me dijeron que no se podía cambiar de talla y que no pasaba nada, así que ahí estoy yo, una mancha rosa en medio de un mar de amarillos.»
A las 9.20h en punto arranca nuestra carrera, saliendo sin presión y con la idea de acabar y disfrutar del recorrido. Pero viendo que por detrás nadie tiraba, aprieto un poco para unirme a dos que se habían escapado en cabeza. Los tres solos damos una vuelta por el pueblo antes de entrar en pista pero con el terreno tan seco y suelto que hay en la zona sumado a que llevaba los neumáticos con demasiada presión y pidiendo a gritos la jubilación no iba del todo cómodo plegándome en las curvas. Por eso se me escaparon unos metros hasta que al cruzar Bellmunt del Priorat se me puso un coche delante haciéndome tapón y los perdí definitivamente. Después empecé a pasar corredores del cajón anterior y no sé si volví a cazarlos o no.
Pasamos el primer avituallamiento donde no paré ya que apenas llevábamos diez kilómetros y aún no había ni bebido, y nos hicieron cruzar un río donde era imposible no mojarte. Total, tampoco iba mal con el día de calor que hacía y en poco tiempo ya volvías a estar seco. Justo en ese momento se separaba entre Gran y Medio Fondo.
El problema vino cuando la organización por tal de hacer más vistoso el recorrido añadió un pequeño y sencillo sendero (uno de los escasos que hubo) justo después de volver a juntarse los dos recorridos, amontonando a todos los corredores de diferente nivel, de golpe en un tramo de más dificultad que una pista de dos metros de ancho (como veréis en la foto).
Hay que decir que teníamos que pasar por un punto de roca rota donde era más seguro poner pie que acabar barranquillo abajo, y eso sumado a toda la cantidad de gente amontonada y como digo, los diferentes niveles de técnica, se tradujera en media hora parados.
Ya me avisaron que el año pasado ocurrió lo mismo así que como estábamos todos igual te armas de paciencia y a esperar tu turno. Estuvo muy bien hacer los cajones de la salida para intentar evitar esto pero como consejo para futuras ediciones, si como está pasando va a ser una carrera muy multitudinaria, intentar evitar este tipo de tramos hasta mitad o final de recorrido donde el pelotón está totalmente estirado, no cuando llevábamos apenas 15km y la gente aún está amontonada.
Pasado este parón (que no se repetiría más en todo el recorrido) y donde aproveché para quitarle algo de presión al neumático delantero, continuamos pasando el pueblo de Lloá y después, alternando tramos de pista de preciosas vistas, rodeados de viñedos, con tramos de asfalto.
Iban pasando los kilómetros sin enterarme (ahora mucho más cómodo en las bajadas al quitarle presión a la rueda) y después de pasar Gratallops, sobre el km34, llegando a Torroja del Priorat es donde hubo uno de mis rodeos. Salimos a carretera y enfrascado en mantener el buen ritmo que estaba llevando veo que a la izquierda hay una pista de fuerte subida y corredores arrastrando la bici, pues nada, yo detrás. Qué me iba a imaginar que no era por ahí. Me saltó alarma en el gps diciendo “Desvío de trayecto” pero como había leído que la organización había tenido que desviar algún tramo del track original no le di más importancia. Tras sufrir pendiente de más del 30% y el correspondiente esfuerzo, llegamos a un cruce con una cadena y no se veían tiras señalizadoras, decidimos coger la opción más lógica y seguir recto, bajando. Al acabarla llega un llano y vemos a otro corredor que viene de vuelta diciendo que por ahí no es. Damos la vuelta y a subir de nuevo (pendiente del 20%). Avisamos a muchos otros que han hecho como nosotros y se dan la vuelta también. Llegamos a la cadena de nuevo. Da la sensación que hay que pasar al otro lado pero estamos parados y cada vez más gente va llegando. Unos dicen que por ahí, otros que por allá, el más sensato dice de dar la vuelta y volver a la carretera pero yo, junto a otros tres bikers, me hacen los ojos chiribitas cuando uno dice “este sendero baja a Torroja otra vez”. Pues nada, Vamos allá!!!
Ya, lo más lógico y sensato hubiese sido dar la vuelta por el mismo sitio pero qué queréis que os diga, después de tanta pista rodadora y aburrida, acostumbrado cómo estamos a trialeras y senderos de verdad, no podía desperdiciar esta oportunidad.
Tras un kilómetro y medio de disfrutar como un niño chico y con una sonrisa de oreja a oreja llegamos otra vez a la carretera de antes y toca volver a andar lo andado. En total, un rodeo de 5km con la correspondiente pérdida de tiempo y habiendo hecho un tramo del recorrido de la Gran Fondo al revés.
Coronamos el tramo de carretera y viene una larga bajada de pista de unos cinco kilómetros antes de refrescarnos el trasero cruzando otro riachuelo (de agua hasta media pantorrilla) y volver a sufrir fuertes pendientes de subida hasta volver a Gratallops, cruzamos asfalto y seguimos subiendo otro poco.
Justo después vendría el tramo más divertido y por el que vale la pena sufrir y tragarse tanta pista, una trialera de verdad, de dura roca, con fuerte pendiente de esas de “culo atrás”, donde el equilibrio y la suerte juegan una gran baza para no besar el suelo y donde a pesar a no estar en mi mejor momento de flow después de semanas de rodillo y rutas de carretera, disfruté como un cochinillo en el barro.
Eufórico por lo que acabamos de bajar cruzamos otro río justo donde hay fotógrafo y para una foto buena que me podían sacar, justo el biker de delante que frena demasiado y tengo que poner pie al agua y casi me baño entero. Ala! Cazado!
No viene nada mal el chapuzón ya que el calor aprieta. Seguimos para bingo! Las fuerzas empiezan a flaquear y aún quedaba lo peor.
Menos mal que llegamos a otro avituallamiento donde paro a rellenar el bidón y engullir un puñado de gominolas. Muchas veces no le damos la importancia que se merece pero es de agradecer a todos los voluntarios que están allí pendientes de nosotros, y a la organización por que no nos falte de nada, con un montón de comida y bebida para que nosotros podamos llegar, reponer y salir corriendo otra vez.
Llega otro pico en el perfil, según titula el tramo de Strava, el Mortirolo Más Martinet, de unos 3km con pendientes continuas por encima del 10% y picos de hasta el 20%. Todo muy fácil desde la comodidad del sofá pero cuando estabas allí te acordabas de todos los santos del cielo. Mucha gente bajada arrastrando la bici, con el tío del mazo asomando por mi cabeza ganas me daban de bajarme yo también pero me puse a respirar e ir haciendo poco a poco. La cabeza gacha, con todo metido (34-42) y una cadencia bajísima, casi haciendo equilibrio. Se está acabando la subida y llegamos a un cruce en T, una opción sigue recto y la otra sigue subiendo. Veo arriba a un corredor y no le doy mas vueltas, a subir. Alarma en el gps y al mirar, otra vez desviado del trayecto. Nada, un despiste más, media vuelta y para abajo.
Por suerte ya queda poco. Unos dos kilómetros de bajada y un último tramo de falso llano, donde las piernas ya no pueden apretar ni mantener el ritmo de antes, justo para llegar de nuevo a Falset y cruzar el arco de meta.
A final 58,5km en 3h08’ y 1600m de desnivel. Finalizada mi primera Medio Fondo Priorat, con sensación agradable de haber hecho un entreno de calidad disfrutando de un entorno realmente espectacular rodeados en todo momento de viñedos y cruzando ríos remojándote los pies. Y para todos aquellos que piensan que Tarragona es sólo playa, que vayan y verán que el desnivel no sale de la nada. Es un recorrido ideal para pasar un agradable día y disfrutar de las tierras de la comarca del Priorat.
Sin duda, el año que viene voy a por la Gran Fondo.
Salud y pedales.