Calor abrasador, terreno muy seco y suelto, y polvo, mucho polvo. Recorrido “muy rompepiernas”, con rampas cortas y empinadas que junto a las distancias propuestas, convirtió a la MADRIDXTREMA en un verdadero infierno, tal y como rezaba en su publicidad.
:: Puedes disfrutar de todas las fotos de la MadridXtrema 2013 en esta galería
Domingo, 16 de junio, en Colmenar de Oreja, localidad madrileña de la Vega, sede de la III edición de esta prueba. Se podía participar en individual, con un recorrido de 50 o 101 km, y en parejas con 101 km.
La salida, prevista a las 8:30 h, sufrió un ligero retraso para no entrar en conflicto con un coto de caza. Al final tuvo lugar a las nueve desde la Plaza del Ayuntamiento.
Salida neutralizada y nerviosa mientras descendíamos a la zona más baja de la población, pero enseguida, tras el adoquinado, enlazamos con la carretera y, en el repecho de la entrada del pueblo, ya fuimos ubicándonos cada uno en su vagón.
Yo venía de hacer el día anterior la marcha cicloturista de Lagos de Covadonga. Tenía las piernas duras y me costó coger el tono. No me sentía ni con fuerzas ni con ganas de hacer el recorrido largo y decidí no acompañar a José y a José Mari para hacer los 101 km. Claro que, igual, tampoco habría tenido fuerzas para seguirlos.
La primera mitad de la prueba se desarrollaba en terreno favorable y con un nivel técnico medio-bajo, asequible para cualquier ciclista entrenado. Tenía algunos descensos intensos, por un pinar y por algún camino de urbanización, y algunos ascensos especialmente empinados, sobre todo en la subida a la Ermita, final de la prueba de 50 km.
La segunda parte es donde se concentraban las zonas más técnicas y donde los participantes pasaron más dificultades. Además de la orografía, el cansancio empezaba a hacer mella.
Primer fin de semana de verdadero junio, con rigurosas temperaturas, que provocaron que la organización se viera desbordada en algunos momentos y en algunos avituallamientos.
En la segunda mitad del recorrido y para los participantes que iban más lentos hubo alguna dificultad en el suministro de líquidos. El calor fue tan intenso que la organización agotó las existencias de líquidos potables en los establecimientos de la localidad. El enfado de algunos participantes fue importante, pero la distancia a cubrir y la dificultad para el acceso de vehículos hacia los puntos de avituallamiento no ayudó mucho a mejorar el problema. En el primer avituallamiento –el único que realicé yo–, no faltó de nada.
La señalización del recorrido, dada su longitud y dificultad, estaba correcta y muy mejorada con respecto a anteriores ediciones. Aun así, en algún momento, si no vas muy atento, puedes despistarte y tomar el camino equivocado.
La organización y entrega de dorsales, rápida y sencilla. La llegada, la zona para limpiar las bicis, la entrega de chips y la entrega de las bolsas de comida era muy ágil porque íbamos llegando en grupos pequeños. La prueba se convirtió en un auténtico rosario de bikers, con grupos muy reducidos.
No estábamos en ninguna Sierra y pensábamos que el circuito sería sencillo por los desniveles que se anunciaban, pero la dureza os puedo asegurar que fue extrema, como el mismo nombre de la prueba lo indica. Incluso con algún toque de aventura y/o reto.
Nos vemos por los caminos…
:: Puedes disfrutar de todas las fotos de la MadridXtrema 2013 en esta galería