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¿De quién es la culpa del accidente del ciclista y la espectadora en El Hierro?

Momento del brutal impacto entre el ciclista de montaña y la espectadora que se cruza en su camino en la Marcha Cicloturista Condaca Salmor en la isla de El Hierro.

No es el primer accidente en bicicleta de este tipo, y tristemente no será el último, pero si es quizás el que más repercusión ha tenido en los medios de todo el planeta en los últimos dos días.

El vídeo del ciclista participante en la Marcha Cicloturista Condaca Salmor, en El Hierro, Islas Canarias, chocando violentamente contra una espectadora que se cruza en su camino en pleno esprín final, ha sido compartido millones de veces en las redes sociales, periódicos de tirada nacional y televisiones de todo el mundo.

Las espeluznantes imágenes del ciclista de montaña noqueado por el golpe en su cara contra la cabeza de la espectadora y cayendo como un muñeco de trapo contra el asfalto, mientras la mujer sale despedida golpeándose en la cabeza en varias ocasiones, sin duda alguna te deja helado.

¿Qué se puede hacer para evitar este tipo de accidentes en los eventos ciclistas?

Tendríamos que partir de que se trata de una marcha cicloturista de carácter local organizada por el Ayuntamiento La Frontera, en la isla de El Hierro, provincia de Santa Cruz de Tenerife, aunque esto no quita que lo ciclistas puedan alcanzar grandes velocidades en el recorrido y esprintar, como en el caso de este accidente.

En su día hablamos sobre las competiciones ciclistas, con chip, clasificaciones, premios a los primeros participantes, etc, encubiertas como marchas cicloturistas. Pero ese es otro tema que puedes ver aquí.

Controlar 88 kilómetros de recorrido que tiene la versión más larga de esta prueba es una tarea realmente complicada. Normalmente se controlan cruces, rotondas, y se colocan voluntarios, cintas de marcaje, vallas o fuerzas del orden para asegurar las salidas de caminos vecinales, lugares de mucha afluencia de público o en las zonas urbanas con muchas calles y aceras adyacentes. Realmente la lista de cosas a controlar es interminable, y se opta por controlar las que más peligro puedan suponer para los participantes.

En las imágenes del vídeo en cuestión, se aprecian varias cosas previas y bastante llamativas al accidente. Sin querer hacer de detectives, simplemente basta con ver el vídeo detenidamente para darse cuenta de ellas.

Son varias las personas que no solo están por dentro de las vallas protectoras, sino que además están en el asfalto y no en la acera, grabando con los teléfonos móviles en la mano y cerrándose cada vez más hacia el centro de la calzada.

Una de ellas cruza tan solo un par de segundos antes la carretera con el teléfono móvil en la oreja, justo en el lado por donde vienen los ciclistas, por lo que es bastante difícil ver si alguno de ellos está llegando o no.

Anteriormente, o paralelamente, una motocicleta que parece la de un agente de la autoridad que está controlando la prueba, se cruza de lado a lado de la calzada y deja la moto en medio de la misma a un lado. El motivo no se conoce, pero la motocicleta cae al suelo mientras los participantes pasan por un lado.

Volviendo a la meta, el señor que cruza hablando por teléfono, parece «incitar» o digámoslo de otra manera, dar más confianza a la mujer accidentada, ya que esta cruza la carretera confiada, con ambas manos en su teléfon móvil e incluso mirando a la cara al ciclista que viene a toda velocidad contra ella. Da la impresión de que la mujer y el hombre que cruzan bajo el arco de meta van juntos y ella trata de seguirle sin percatarse del peligro.

¿Y qué sacamos en claro de todo esto?

No se trata de echar la culpa a alguien, pero si has leído hasta aquí, en todo momento, los teléfonos móviles están presentes causando más peligro del necesario. Los despistes con estos «aparatos» incluso sin estar hablando o utilizando el smartphone, son cada vez más comunes.

Muchos echan la culpa directamente a la mujer por la imprudencia de estar dentro del circuito, de cruzarlo sin mirar antes y de seguramente estar pendiente del teléfono móvil o de la persona que cruzó antes que ella.

Al ciclista poco se le puede reprochar, estaba disfrutando del momento con su bicicleta de montaña tras concluir los 88 kilómetros del recorrido de la Marcha Cicloturista Condaca Salmor, y a lo único que le dio tiempo fue a intentar dar un grito antes de quedar sin conocimiento por el golpe.

Pero muchos apuntan al organizador de la prueba, quien nunca debió dejar que el público estuviese por dentro de las vallas y muchos menos bajo el arco de meta.

No se aprecia muy bien en el vídeo, pero parece que las vallas protectoras o delimitadoras están solo colocadas detrás del arco hinchable azul hasta el otro arco negro y blanco con el emblema de La Frontera, por lo que el público antes de este tenía «vía libre» para colocarse donde deseasen. Basta decir que no tendría que hacer falta valla alguna si las personas tuviesen un poco de sentido común, pero claro, esto también es fácil decirlo cuando la tragedia ya ha ocurrido.

Un triste accidente que vuelve a abrir el debate sobre la seguridad de algunas pruebas ciclistas.

Seguramente la Guardia Civil o los peritos de las aseguradoras tengan una respuesta contundente sobre de quien es la culpa de este grave accidente entre el ciclista y la espectadora en El Hierro.

Esperemos que ambos se recuperen bien.