Cuando una carrera te gusta de verdad, dan igual los percances que hayas vivido o los recuerdos negativos, siempre te quedas con lo bueno y deseas volver a disfrutarla una vez más. Eso me pasa a mí con el Desafío Terras de Turonio, con sus recorridos espectaculares por los montes de Tomiño consigue conquistarme año tras año. Esta carrera marcó un antes y un después, pero una piedra en el camino nunca será impedimento para disfrutar de lo que más me gusta.
Llega el domingo 14 y el tiempo parece que va acompañar, buena temperatura ya desde primera hora, pero algunas nubes para frenar el calor excesivo… empezamos bien! La voz de Victorio ya resuena en la plaza do Seixo, es agradable volver a contar con sus palabras de ánimo… y vaciles varios! Jeje. Recojo mi dorsal junto con el de mi pareja en el día de hoy, mi cuñado Aleixo, con quien igual dejo de tener relación después de los 105 kms que nos esperan…jajaja. Tocará pelearse con las subidas, las bajadas, y las discusiones!!!
Dan la salida, con varios kms neutralizados, para pronto dejarnos correr en libertad como caballos desbocados. Empezamos por zona fácil, rodadora y con repechos sin dificultad que elevan la media a buenas velocidades, pero pronto cambiará el juego y todo se volverá más vertical! Varias parejas mixtas arrancan con ritmo fuerte, perdiéndolas de vista en los primeros kms, pero toca conservar piernas y no forzar ya de inicio.
Me voy notando cómoda, y el cuerpo parece responder, al menos es buena señal. Sin darnos cuenta, llegamos a los primeros repechos importantes, ya su nombre lo dice, “Muro”, y de verdad es una auténtica pared que me hace retorcerme sobre la bici… pero como ya contaba con ello, la sufro menos de lo esperado. Aleixo va un poco por delante, manteniendo las distancias, pero parece que nuestro ritmo está siendo bueno… y de momento ni un solo encontronazo, esto va viento en popa!
Tras una corta bajada, nos encontramos rodando a toda velocidad durante varios kms, donde damos alcance a una de las parejas delanteras; les saludo, y sigo mi curso. En breve, toca encarar una subida tendida, con algunas zonas de bastante pendiente, pero nada que frene nuestra marcha y, tras un pisteo rápido, pasamos el primer control y punto de avituallamiento. Éste nos lo saltamos, ya que todavía llevamos provisiones, y seguimos adelante, con la sorpresa de encontrarnos en medio de un paseo a caballo que obliga a esquivar a los equinos con cuidado de no llevarnos una patada… Salvado este obstáculo, llega la siguiente subida, un camino de cabras repleto de piedra e hierba, que hace sacar la técnica que llevamos dentro. La voy subiendo cómoda, aunque dando saltos en el sillín, y echando mano al bolsillo en las zonas menos conflictivas para comprobar que llevo todo; para evitar estos problemas, le zapateo el móvil a Toribio, aprovechando que está por la zona haciendo su reportaje fotográfico.
Tras la subida, una rápida bajada pedregosa nos conducirá hacia el descenso más largo de la jornada, y también el más peligroso, pero las vistas merecen la pena en esta zona de Oia, donde da la sensación de que nos lanzamos al mar de cabeza… En una curva, veo un grupo de gente parada, alguien se ha ido a la cuneta llevándose un buen golpazo; se me ponen los pelos de punta al ver la sangre, y no respiro hasta que veo que el chico se mueve. Menos mal que al final fue más el susto y salió bien parado, pero el mal rato no se lo quita nadie, ni a la pareja mixta de Bici Verde que fueron los que le encontraron sin conocimiento. Tras comprobar que todo va bien, seguimos adelante, con pocas ganas al principio, pero pronto volvemos a meternos en carrera, ahora con las dos parejas delanteras a pocos metros… parece que no va tan mal la cosa!
Llega la subida del Curro, una buena tachuela de hormigón que quema las piernas de mala manera, y en este punto, pierdo a mi compañero… un buen bajón le ataca en ese momento, y toca esperarle en los llaneos y bajadas que llegan a continuación. Tarda varios kms en alcanzarme y no trae buena cara, así que toca remar entre los dos e intentar salvar el día. No sé cómo, en la siguiente bajada, nos ponemos en cabeza y rodamos primeros durante un buen rato, pero llega la subida da Groba y el fuerte viento de cara va mermando mis fuerzas. Casi a punto de coronar, nos dan alcance Silvia e Iago, los Bici Verde, y aquí empieza la lucha por la supervivencia…
Empiezan a tirar como locos, pero no se lo vamos a poner tan fácil, nos pegamos a su rueda como lapas y a rodar a toda velocidad como si no hubiera un mañana! Jajaja. En un momento dado, les hago un relevo, pero pronto volverán a tirar con toda su furia y se escaparán por segundos… Entrada en meta con una inmensa alegría, sabiendo que lo hemos dado todo y feliz también por nuestros rivales y amigos, menudos máquinas!!!
Podio en Turonio acompañada de grandes campeones, no hay palabras para describir la emoción que sentí!
Felicidades a los triunfadores de las distintas categorías en esta dura jornada, y a mis Máster Galaicos por los carrerones que se marcaron. Dar las gracias a la organización por una carrera de 10, y esas ricas botellitas de vino!
Y a todos los fotógrafos presentes a lo largo del recorrido por el gran trabajo que realizan en cada evento. Y, sobre todo, a los animadores que esperaban ansiosos en Tomiño, en especial al peque de la familia!