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Crónica Open BTT Concello de Rois por Silvia Blanco (Iberobike – BH bikes by Atika)

Con apenas unos días de descanso entre carreras, llegaba la segunda cita del Open de Maratón, en esta ocasión cerquita de casa, por los impresionantes montes de Rois. Los amigos del Club Ciclista Trisquel llevaban meses trabajando para que el circuito estuviese a la altura de los bikers, preparando un trazado tan hermoso como duro en un formato de dos vueltas, de unos 40 kms cada una y con un desnivel acumulado de 1400 metros… casi nada! Jajaja.

Si ya de por sí el recorrido era complicado, peor nos lo presentó la ola de calor que asoló el país esa semana, y que anunciaba temperaturas por encima de los 40º… nervios acumulados y ganas al mismo tiempo, hicieron que la noche previa fuese poco descansada. Tocaba madrugar, pues la salida era a las 9, y las temperaturas a primera hora de la mañana empezaban a asustar. Tan solo 150 participantes tomarían la salida en una prueba que se merecía mayor número de corredores, tanto por la impecable organización como por un divertido circuito donde disfrutar a tope del BTT. Aunque muchos menos serían los que completarían semejante hazaña…

Dan la salida, y la primera rampa en bajada obliga a controlar la velocidad y los adelantamientos complicados. Primer tramo rápido, con piedra, hierba, algo de asfalto… para pronto iniciar el primer ascenso al Rubial. Esta subida tendida permite llevar un ritmo cómodo, sin excesiva pendiente ni técnica, aunque el calor ya empieza a apretar conforme nos acercamos a la cima. En lo más alto de A Cabana encontramos a los incansables animadores, que consiguen darnos fuerzas para apretar un poco más; y llega la primera bajada, rápida pero algo peligrosa por las piedras entremezcladas con hierba que hacen rebotar cuerpo y bicicleta.

Continuamos descendiendo por zonas pedregosas, para ir acercándonos a la siguiente subida, un poco más exigente que la anterior! Tramo técnico, con mucha piedra, y complicación al tomar las curvas, por la piedra suelta combinada con una exagerada pendiente… pero nada que pueda asustar a alguien curtido en mil batallas! Jajaja.

Una vez en la cima, toca volver a bajar, otra vez rebotando en las múltiples piedras que adornan el Rubial… y, de pronto, un regalo para los sentidos: trialera de tierra casi vertical que hace las delicias de los más atrevidos! Me adentro en ella, primero cautelosa, pero pronto me dejo llevar disfrutando la bajada. A continuación, rodamos por una de las zonas más hermosas del recorrido, un bosque de robles, donde el frescor se hace notar y nos devuelve a temperaturas más normales. Al poco rato, llegamos a uno de los avituallamientos, y aquí me siento como una auténtica profesional; rellenado de bidones, engrase de cadena,… y todo en tiempo récord!

Y toca seguir batallando con los repechos que llegan a continuación, alguno tan vertical que me obliga a echar pie a tierra. El calor va haciendo mella, y el agua no es suficiente para mantenerse fresco. Pero “lo mejor” está por llegar y, tras un último avituallamiento, donde aprovecho para reponer fuerzas, me enfrento a la subida más dura de la jornada, una empinada pista de grava a pleno sol que, por desgracia, habría que repetir!!! En este punto, el sol abrasador haría cuestionarse a más de uno si seguir o abandonar en la primera vuelta…

Por fin, después de varios kms deambulando como zombies, coronamos de nuevo el Rubial, y nos lanzamos a la aventura por un sinfín de trialeras que nos conducirán a Urdilde; diversión máxima en esta última parte, donde conseguimos recuperar un poco el aliento. Una vez en el pueblo, aún nos toca lidiar con un pequeño bucle, antes de pasar por meta para finalizar nuestra carrera, o seguir hacia una muerte lenta y dolorosa! Y qué hacer en estos casos? Pues morir por la fe!!! Jajaja.

Cuando anuncio que voy a continuar, veo algunas caras de incredulidad a mi alrededor, entre ellas las de varias compañeras que decidieron ser listas y evitar una gran pájara! Pero yo necesitaba más datos para poder contarlo luego, así que avanti a toda mecha! Decido llevar un ritmo cómodo, sin forzar demasiado, especialmente en las subidas.
Cuando inicio el primer pico, escucho detrás el quad que cierra la marcha; parece que soy la última atrevida de la manada. Paro a refrescarme en una piscina forestal y sigo hacia arriba animada por los voluntarios. Primer pico superado, ya falta menos, pero las fuerzas también van mermando, y el calor aumenta a marchas forzadas… será una dura lucha por la supervivencia! Me voy empapando de agua fresca en cada avituallamiento, incluso aprovecho para meter los pies en los barreños de agua helada, tratando de mantener a raya mi temperatura corporal; los escalofríos recorren mi cuerpo avisando de un estado de Alerta! Antes de empezar la última subida, momento crítico del día, me encuentro a mi gran amigo Paco, que también va al límite de sus fuerzas, y juntos conseguimos ir superando esos kms que nos separan de la cima.

Y, por fin, casi a punto de estallar, coronamos el Rubial por última vez, preparados para dejarnos llevar en las últimas bajadas rápidas. La sensación al entrar en meta es indescriptible, sobre todo al pensar en la caña fresquita que me voy a tomar! Jajaja.
Felicitar a todos los participantes, en especial a los finalistas, que consiguieron luchar en un auténtico infierno, y un gran aplauso a Brandán, por su merecida victoria a pesar de los contratiempos.

Y debo dar las gracias a la organización por el gran trabajo realizado, uno de los mejores recorridos de la temporada; espero que sigáis así y que la gente se anime a conocer esta prueba de 10.