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Su entrenador le inyectó EPO sin su consentimiento

El culebrón entre el entrenador de la ciclista de montaña Paula Quirós continúa, cada uno acusando al otro del positivo por EPO detectado el pasado mes de marzo en su organismo.

Ignacio Gili, preparador físico de la deportista argentina de 31 años de edad, quien hasta hace bien poco era la número uno de su país, asumió en un principio toda la responsabilidad sobre la sanción de cuatro años impuesta por la Unión Ciclista Internacional.

Pero lo hizo a medias, ya que Gili afirma que pese a no ser médico, le inyectó a su cliente B12 y Hierro durante una concentración en altura el mes de Enero de 2020.

El positivo por EPO se detecto en una competición nacional que se disputó en el mes de Marzo.

Semanas antes de conocerse la noticia, Gili, alegando que se sentía deprimido y no le gustaba como estaba entrenando a Paula Quirós, le comunicó que dejaba de ser entrenador de suyo.

Pocos días después la corredora recibía la carta de la UCI donde le retiraba provisionalmente la licencia tras un análisis donde apareció una sustancia no permitida.

Tras esto, Gili intentó comunicarse con el ya su ex-entrenador, pero este no quería saber nada de ella, bloqueándola incluso para que no pudiese comunicarse con él.

Pero sus familiares consiguieron localizar a Ignacio Gili, quien mediante unas notas de audio enviadas por WhatsApp al padre de la ciclista, este confesó había inyectado sin permiso la sustancia prohibida en el cuerpo de la ciclista.

Ahora, Paula Quirós trata de probar su inocencia, pera ello ha tenido que ponerse en contacto con la UCI y testificar aportando los audios enviados por Gili a sus familiares para así, al menos, ver reducida su condena de 4 años sin poder participar en ninguna competición deportiva.

Por el momento, parece que la ciclista argentina se perderá los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.