La Huelva Extrema se consolida como la prueba referente en España de Bike Maratón de larga distancia. Sus 160 kilómetros en línea poseen una gran belleza en todo su recorrido. Partiendo desde el verdor de la serranía hasta llegar al mismo mar, los participantes descubrirán la provincia de Huelva surcando los caminos, senderos y pueblos por donde discurre la prueba. Una gran experiencia la vivida en esta segunda edición, que con más de mil participantes y una organización a la altura, demuestra que la Huelva Extrema aun tiene mucho que mostrarnos.
Nuestro compañero David Molero la vivió desde dentro. Estas fueron sus impresiones:
La prueba comenzó en el pueblo de Santa Ana la Real. Un pequeño pueblecito típico andaluz con todas sus casas blancas y calles empedradas, destacando sobre ellas el verdor de su vegetación por la gran humedad del rocío y a que estábamos en lo mas alto de la sierra. El termómetro marcaba siete grados y fueron muchos los que dudamos en que vestimenta ponernos, ya que sabíamos que a mediada que fueran pasando las horas y los kilómetros, estaríamos a menos altura y la temperatura subiría. En una prueba de tanto esfuerzo y tan larga duración, una equivocación así puede provocar ir incomodo y hasta causar males mayores, como una deshidratación.
Os dejamos con el vídeo de la prueba para que lo podáis comprobar de primera mano:
La mayoría optamos por salir en corto y aunque en la salida parecíamos lagartos buscando los rayos del sol, esta fue la opción mas acertada ya que cuando finalizo la prueba en Punta Umbría la temperatura había subido hasta los 25º. Respecto al recorrido, se puede diferenciar tres partes: La primera parte discurre por caminos rápidos de montaña con subidas largas y terreno con pequeñas pierdras y regueros, y alguna senda técnica. Es lo mas exigente por su constante sube y baja pero que te permite coger una marcheta e ir pasando puertos sin apenas darte cuenta. Es la zona mas bonita del recorrido con frondosos bosques formados entre pinos, encinas, eucaliptos y jaras, es una zona con un olor espectacular que te purifica los pulmones.
Parece un paisaje mas del norte de España que de Andalucía, yo al menos no esperaba encontrarlo así, pero he de reconocer que es una maravilla. Había varios riachuelos y dos embalse gigantes. El primero era el de Olivargas el cual tuvimos que bordear por una divertida senda durante casi diez kilómetros, y el segundo el de Calabazar. Como comento, la primera parte espectacular con unas vista magnificas y un trazado exigente pero divertido.
La segunda parte comienza una vez que se cruza el río Odiel. Parece el cura de la carrera dado que cuando te encaras a él te santiguas y rezas que nada te pase. Se trata de un paso de unos treinta metros sobre el cauce del río. Se trata de un paso asfaltado y sin piedras y pese al elevado caudal no conlleva gran dificultad. A partir de aquí el paisaje cambia completamente. Podríamos decir que es lo más feo y aburrido. Se trata de una zona de cultivos con pistas largas y anchas, sin dificultad. Con un constante sube y baja del 3% para arriba durante 100m y 3% para abajo.
Un constante sube y baja que revienta las piernas. Se circula a una velocidad elevada pero se hace duro. Viendo el perfil de la carrera, mucha gente piensa que es todo bajada. Que nadie se engañe, que en 160 km no va haber subidas…. Vamos si alguien conoce una bajada tan larga que me lo diga. El resultado final es que en la grafica todos estos contantes sube y baja ni se aprecian y es que al final hay que recordar que se acumulan 2600 m de desnivel positivo, aunque si es cierto que la media de porcentaje es negativa pero con un inapreciable -1%.
La tercera parte se trata de casi 40km que en la grafica parecen llanos. Pues es la más regular, pero la dificultad está en que discurre entre frondosos pinares con caminos y sendas sinuosas llenas de arena de miga. Es muy bonito y fresco, ya que a estas horas se nota el «calentón», no se si de las piernas o del sol, pero no hacia nada más que pensar en el baño que me iba a dar en la playa.
Me quede con las ganas dado que la prueba terminó en el polideportivo de Punta Umbría, donde pudimos disfrutar de una suculenta comida de garbanzos guisados con carne y chorizo, una hamburguesa y un montadito de lomo. Estaba todo fantástico y es que veníamos con un hambre…
Lo más pesado fue el regreso en autobús hasta Santa Ana la Real, pero las pruebas en línea son así. Además, en el autobús se hacen nuevos amigos y hay tiempo para comentar todas las aventuras vividas durante el día. Por cierto entre todas las criticas que escuche, ninguna mala y deseando volver a realizarla el próximo año.
Destacar la buena organización, dedicación del personal de los avituallamientos y línea de meta, la buena organización en el trasporte al punto de origen, marcaje del recorrido en el que nadie se perdió y como no, el recorrido de gran belleza.