La nueva moda de dopaje «verde» (o más bien marrón) que está calando fuerte entre los ciclistas aficionados con aspiraciones a profesionales, ya se ha cobrado su primera víctima mortal.
Este tipo de «doping» extrañamente sí está permitido por la UCI (Unión Ciclista Internacional), y ya hemos visto a algunos ciclistas mostrar la técnica en las redes sociales antes de alguna competición importante.
Lo que no está permitido, al igual que ir grabándose a si mismo con el móvil o la GoPro en la mano por la carretera, es utilizar está técnica montado sobre la bici.
Al parecer, el ciclista fallecido habría utilizado las bragas usadas el día anterior por su mujer, con las cuales esta habría salido a caminar durante un par de horas tras llegar de trabajar y también a una clase doble de Ultra Zumba a media tarde con las mismas.
Al ser un sistema tan novedoso, los expertos recomiendan que se realice bajado de la bicicleta, pues la reacción de cada ciclista y cada braga puede ser impredecible.
El ciclista afectado no solo podría haber quedado inconsciente cuando subía el puerto por los efectos al oler las bragas, también se baraja la posibilidad de un infarto.
Si subiendo un puerto nuestro corazón ya alcanza las pulsaciones máximas, si este se le somete a la reacción o el efecto de oler las bragas, estás pulsaciones podrían dispararse por encima de las 200 ppm, no aguantando la presión a la que es sometido y desencadenando en un paro cardíaco.
Desde iberobike queremos desaconsejar esta técnica, salvo que quieras que una gran marca de bicicletas te patrocine por ello. Además corres el riesgo de atragantarte con algún «objeto» si las bragas utilizadas no han sido revisadas correctamente.
Por otro lado, es totalmente desaconsejable realizarlo con calzoncillos usados. Está demostrado que el efecto que producen está lejos de motivar a ningún ciclista, ya sea hombre o mujer.
