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¿Y tú, pides permiso para ponerte a rueda de un ciclista que no conoces?

¿Te pondrías a caminar pegado al culo de otra persona por la calle? Con la bicicleta es más o menos igual. Lo mínimo es saludar y preguntar si podemos ponernos a rueda.

Una de las tantas normas no escritas del ciclismo, es la de ponerse o no ponerse a rueda de un ciclista o grupo de ciclista que no conoces.

Ya sea en la carretera o la montaña, existen infinidad de normas, las cuales muchas de ellas tristemente se están perdiendo.

La más común es la de saludar a todo ciclista con el que te cruzas en tu camino, ya sea de frente o al sobrepasarlo.

Como si de un pueblo se tratase, los ciclistas suelen saludarse de diferentes maneras sin tener que bajarse de la bicicleta.

Aunque algunos nuevos ciclistas y nuevos «pros» de la bici, están haciendo que esta costumbre se pierda.

Otros se han cansado de saludar al no recibir respuesta, y con tanto ciclista hoy en día circulando, parece hasta normal el hastío.

Es de sentido común decir buenos días y preguntar si te puedes poner a rueda de un ciclista que no conoces de nada

Existen infinidad de motivos para que un ciclista no desee que nadie vaya a su rueda.

Pese a que se pueda pensar que ir detrás de alguien no le perjudica en nada, lo cierto es que para la gran mayoría de personas resulta incómodo.

Podríamos enumerar algunos de los motivos, pero son tan personales, que serían incluso rebatibles.

Hay algunos ciclistas que se ponen a rueda sin ni si quiera decir hola, y cuando llega un repecho atacan como si fuesen a ganar el Tour de Francia

Solo tenemos que pensar que quizás el ciclista que no desea llevar nadie a rueda, sencillamente, no se siente a gusto.

La solución más sencilla para salir de dudas, es lo comentado, saludar con un buenos días o buenas tardes, y preguntar si podemos ponernos a rueda.

Si no, nos podemos arriesgar a que nos manden a tomar viento amablemente, como hizo Remco Evenepoel con este aficionado que intentaba seguirle subiendo un puerto.