Si ya de por si montar borracho en bicicleta no es nada recomendable, y circular bebido en bici por la vía pública o carretera está totalmente prohibido, imagina hacerlo en un vagón de metro en marcha.
Los hechos ocurrieron el pasado jueves en Rådhuspladsen, Dinamarca, cuando dos jóvenes que habían salido de fiesta se montaron en un tren local para regresar a su casa junto sus bicicletas.
En la larga espera de más de 15 minutos para que el tren comenzase a rodar, se sentaron junto a ellos dos hombres, al parecer algo bebidos.
La conversación no tardo en salir, y entre risas y bromas, uno de los hombres, el de la camisa azul que verás en el vídeo, le preguntó si podía montarse en su bicicleta.
El joven de 21 años dueño de la bici dijo que no había ningún problema, pese a que la bicicleta iba a ser vendida al día siguiente y no quería que se dañase.
Aún así aceptó, y el hombre de la camisa azul, con síntomas de haberse tomado una copa de más, se monto en la bici y comenzó a andar por el vagón.
Pese a que te esperas una caída tremenda, la cosa aún fue peor. El joven no dudo en grabarlo todo, pues también se olía que nada bueno podía pasar.
En ese mismo instante que comenzada a pedalear por el vagón de metro, este se puso en marcha acelerando, y justo en la dirección opuesta a la que este «ciclista» se dirigía.
Seguramente sin saber si quiera como utilizar los frenos, el hombre se precipito rápidamente y haciendo eses hacía el final del vagón. Por suerte no era más largo, si no hubiese cogido aún más velocidad.
El resultado, terminó estampado con la bici sobre una de las lunas del convoy, la cual se rompió en miles de pedazos dejando el suelo lleno de cristales.
Según las declaraciones del dueño de la bici, el hombre por suerte solo se lastimó un hombro.
La bici también sufrió algún desperfecto, pero nada serio.
