Las personas que viajan en bicicleta son cuanto menos peculiares, o podríamos decir, originales.
Muchas veces nos cruzamos con ciclistas con alforjas y bicicletas repletas de bolsas de bikepaking y enseres, nos preguntamos de dónde viene o a dónde se dirigirá.
Para otros viajeros que deambulan por el mundo, muchos durante años, ya sea en furgoneta camper, a pie o incluso en moto, cuando se cruzan con un ciclista u otro viajero igual que ellos en medio de «la nada», las preguntas no se suelen quedar en la cabeza, sino que se materializan preguntando directamente en persona.
Aunque su medio de transporte sea bastante diferente, comparten muchas similitudes en cuando a su forma de vida.
En este caso, el viajero Pedro Mota, quien recorre el mundo en motocicleta, se encontró un cuanto menos peculiar cicloviajero en medio de las zonas desérticas de Tajikistan, pedaleando por el corredor de Afganistán, en medio del continente asiático.
El delgado ciclista, contento con que el motorista parase junto a él y entablase conversación, parecía, según el autor del vídeo que podría necesitar agua o comida, pues para llegar hasta aquel punto debía pedalear y empujar la bicicleta durante días sin ver civilización alguna.
Pero nada más lejos de la realidad, aparte de charlar un rato, lo que más ansiaba este intrépido ciclista era echarse un cigarrillo.
Los últimos que tenía los «regaló» a un policía fronterizo para que le dejase entrar al país.
Os dejamos con el vídeo donde podemos conocer algo más de esta «bonita» historia.
