No es el Tour de Francia, pero si comparamos la competición por excelencia de tres semanas con la más importante de un solo día, seguramente estemos hablando del famoso Infierno del Norte.
Ser campeón del mundo es algo único, mucho más ser campeón olímpico, pero ganar una clásica ciclista como la París-Roubaix y en las condiciones en las que tuvieron que correr todos los participantes, es sin duda un hecho histórico.
Y así fue como lo vivió el italiano Sonny Colbrelli, flamante vencedor de la 118ª edición de la Paris-Roubaix disputada el pasado domingo.
Colbrelli alzó su bicicleta Merida Reacto en el aire y calló entre gritos y sollozos sobre el césped del Velódromo de Roubaix
Al famoso velódromo de Roubaix entraron juntos tres ciclistas de altura, todos ellos con las mismas posibilidades de llevarse la victoria tras los 257 kilómetros pedaleando bajo la lluvia, con infinidad carreteras de piedras y barro, e innumerables ataques entre los grandes favoritos.
Solo uno se llevaría la gloría, quedando los otros dos para el olvido.
La carrera finalmente se disputó al esprín, y tras vigilarse durante una vuelta, Mathieu van der Poel y Florian Vermeersch no pudieron con las veinte últimas y potentes pedaladas de Colbrelli.
Los tres se fueron al suelo tras cruzar la línea de meta, pero no se cayeron, y solo uno lo hizo gritando y llorando emocionado, con una extraña mezcla de dolor, sufrimiento y alegría.
Un momento que quedará grabado en la retina de la gran mayoría de aficionados al ciclismo y sobre todo en la del proprio Sonny Colbrelli.
Este es el video del último kilómetro y el esprín final de la París-Roubaix 2021 entre estos tres grandes titanes:
Y este otro el de la emotiva celebración de Colbrelli tras vencer en la París-Roubaix 2021:
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