¿Qué fue primero el huevo o la gallina?. La típica pregunta que se hace todo el mundo tras ver este vídeo de una estación de BiciMAD acorralada por una terraza de un bar madrileño.
Al alquilar una de sus bicicletas, el Ayuntamiento de Madrid te regalan un boleto para el otro mundo, quieras jugar o no.
Y es que lo de las terrazas de restaurantes, bares y pubs de la capital, ya huele, nunca mejor dicho.
Da igual que estaba primero si la marquesina del restaurante o la estación de BiciMAD
Lo de la gallina viene dado, ya que tras publicar el vídeo denuncia en Twitter del fotógrafo Javier Mantrana, algunas personas preguntaron si estaba antes la estación de alquiler de bicis o la marquesina transparente del restaurante.
Poniéndonos en situación, el comercio en cuestión, se trata de JunkBurger, en la céntrica calle de José Abascal número 31.
La estación de BiciMAD es la 129.
BiciMad se inauguró en Junio de 2014
Basta darse una vuelta por Google Maps e ir retrocediendo en el tiempo en las imágenes guardadas, para ver que el comercio que anteriormente estaba en el mismo lugar, llamado La esquina de Abascal, puso una marquesina parecida en 2015.
Pero como decimos, esto es lo de menos.
La culpa no es del restaurante, sino de quien permite que este ocupe el 80% de la acera publica, utilice un cerramiento que impide alquilar las bicicletas, y obligue a los usuarios de BiciMAD, los ciclistas, a jugarse la vida para coger o entregar una bici.
No solo estas cosas pasan en Madrid, pero mucho potenciar la movilidad sostenible, invertir millones en nuevas estaciones, y tener un servicio no solo pésimo, sino que pone en peligro a sus usuarios.
Un auténtico suicidio.
La valla de la terraza de @JunkBurger_ES pone en peligro la vida de los usuarios de @BiciMAD. ¿Quién de @MADRID ha autorizado esta valla que bloquea el acceso @begonavillacis @bcarabante @policiademadrid . Están avisados de que en cualquier momento puede producirse una desgracia pic.twitter.com/UlMKPCuZAn
— Javier Mantrana (@Javier_Mantrana) June 13, 2022
BiciMAD es un servicio público, y claro, si fuese privado, el propio Ayuntamiento de Madrid ya habría presentado la denuncia pertinente.