Sí, puede que el título de este artículo de opinión sea lo que te ha atraído hasta estas líneas, pero no te preocupes, intentaré no defraudarte y ser lo más breve posible para que no te quedes únicamente con el titular.
Hace pocas horas Santa Cruz Bicycles anunciaba el lanzamiento de una nueva bicicleta, la afamada Nomad en su cuarta versión, y su marca filial, Juliana Bicycles, hacía lo propio presentando un «nuevo modelo» denominado Strega (bruja o hechicera en su traducción del italiano). Más abajo podrás ver el video promocional, un gran trabajo con Anka Martin como protagonista.
Hasta aquí todo guay, la nueva Nomad viene con 170mm de recorrido en ambas ruedas, renovado sistema de suspensión adoptado de su hermana mayor la V10 de Descenso, revisada geometría con posibilidad de variarla, etc.
Por su parte, la nueva Strega viene con 170mm de recorrido en ambas ruedas, renovado sistema de suspensión adoptado de su hermana mayor la V10 de Descenso, revisada geometría con posibilidad de variarla, etc…
¡Uy, un Déjà vu linguistico!. No, los dos párrafos anteriores, al igual que idénticos, son correctos. Y aquí es donde ese «engaño» que no acabo de ver, nace.
Mirando los datos de las geometrías de ambas bicis, la Santa Cruz Nomad V4 y la Juliana Strega son sencillamente la misma bicicleta. Echando un primer vistazo rápido a las imágenes, solo varía el manillar, el sillín específico para chicas y como no, el colorcito.
Si quieres saber algún dato más técnico, la Strega solo estará disponible con amortiguador trasero de aire, supuestamente tuneado para el «uso femenino» y en tallas pequeñas (XS, S y M).
Y te preguntarás ¿y que más da?.
Bueno, que Santa Cruz con su filial de bicis femeninas Juliana Bicycles pretenda vendernos una «novedad» pensada solo para chicas (o mujeres) en la que prácticamente solo cambia el color del cuadro respecto a la Nomad «de chicos», quizás se podría pasar por alto. Pero…, que nadie diga nada al respecto…, esa conformidad ya me escama un poquito más.
Cada vez son más frecuentes las cosas «solo para chicas«, y no solo en lo referente en cuanto a productos específicos. Tenemos eventos, clubs incluso tiendas. En mi opinión, salvo los productos técnicos por fisionomía específica, todo los intentos por acercar a más mujeres a nuestro deporte utilizando estos métodos, me parecen poco correctos (y unos sacacuartos sin más), pues considero que no se ha de discriminar a nadie por su género. Todos somos personas, todos somos ciclistas.
Si a todo esto le sumamos que nos intentan vender algo «solo para chicas» cuando realmente es lo mismo que «para chicos», apaga y vámonos. Hay muchas marcas que invierte mucho dinero en estudios y diseños específicos de bicicletas para mujer, otras, solo lo hacen en marketing para vender, como me encanta decir, «humo». Aunque también he de poner sobre la mesa, que en los últimos estudios realizados por grandes marcas de bicis y basándose en multitud de opiniones de ciclistas con diversas fisionomías, no se han encontrados «beneficios claros» en estos pequeños cambios en cuanto a las modificaciones en longitudes y geometrías de los cuadros específicos de mujer. Pero una cosa no quita la otra.
Otro día si quieres hablamos sobre los precios, me voy a montar en mi bicicleta, de chico.