En un mundo dominado por el petróleo como es Estados Unidos, parece paradójico que una de sus ciudades apueste por los carriles bici protegidos y segregados en todas sus calles.
Aunque hay «truco», el cual te contamos un poco más adelante, es de aplaudir que sus dirigentes votasen al unísono para crear una ley que obligue a construir vías ciclistas segregadas en las calles de su ciudad.
Así parece haber ocurrido en la ciudad de Cambridge, en el área metropolitana de Boston, Massachusetts.
La Ordenanza de Seguridad Ciclista que se aprobó en 2019, antes del boom de la bicicleta actual, y mediante la votación de un proyecto de ley, pensaba convertir a Cambridge en lo más parecido a una ciudad del norte de Europa en cuanto a infraestructuras ciclistas se refiere.
Según informaron los medios locales, la votación fue de 7 votos a favor y 0 en contra, lo que también supone un gran avance, tanto político como social por los que conlleva esta decisión.
Pero todo cambio drástico en política también trae consigo algún que otro «disgusto».
Todas la calles que se remodelen o estén en obras, tendrán que integrar un carril bici segregado y protegido con barreras verticales
Este es el «truco» del que te hablamos, pues el Proyecto de Ley aprobado, establece que cualquier calle de la ciudad de Cambridge que entre en obras o sea remodelada por otra cuestión, deberá tener un carril bici protegido.
Una decisión tan atrevida para los tiempos que corren, y más en Estados Unidos, tiene algunas excepciones, tanto buenas como malas.
Una de ellas es que existirán algunas vías, que por su diseño inicial, no permitirán crear dichos carriles bici, debiendo ser pacificadas para que la convivencia coche/bicicleta sea la más segura para esta última.
Otra, y según denuncian las asociaciones ciclistas de la ciudad, es que muchas calles pasan décadas sin ni si quiera asfaltar, por lo que la lentitud en la implantación de la nueva ley debería revisarse.
El plan ciclista que ya contaba la ciudad con anterioridad, establecía la creación de hasta 32 kilómetros de carriles bici para una población que apenas supera los 100.000 habitantes, aunque su densidad es la cuarta más alta del país.
Otro de los puntos a favor que se aprobaron fue que los carriles bici creados, deberían de contar con una barrera mínima de protección vertical.
Esto quiere decir que no se trata de carriles bici pintados sobre el asfalto. Deberán contar con al menos un bordillo, o los poco fiables bolardos.
Sabotaje en los nuevos carriles bici
Los nuevos carriles bici han traído algún que otro problema, aunque con casos aislados.
Los ciclistas y los operarios municipales se han visto sorprendidos en alguna ocasión con piedras o ladrillos colocados en los carriles bici.
Estos han causado alguna caída y averías serias en las bicicletas de los afectados.
La urgencia de estos dos últimos años donde el transporte público se vio resentido y el teletrabajo aumentó, dejando de lado al coche, ha hecho incrementar los carriles bici «provisionales» separados por bolardos de plástico o pintados sobre la calzada.
Estos, en muchos casos, literalmente quitan las plazas de aparcamiento de residentes y comerciantes para poder implementarse.
En alguna ocasión se llegaron a arrancar decenas de estos bolardos que delimitaban algunos de los nuevos carriles bici de las principales vías de la ciudad.
Todo cambio social trae consigo problemas, sobre todo cuando el cambio no se produce de forma «natural».
A continuación de dejamos un par de vídeos con las dos visiones, la mala (según algunos vecinos y comerciantes) y la buena de los carriles bici segregados.
Siempre habrá opiniones para todos los gustos:
Vídeo creado por la Universidad de Boston para enseñar como se debe circular en los carriles bici de la ciudad.
En 2016 ya contaban con infraestructuras como la siguiente:
I took a roll down the Western Ave curb-separated bike lane on my way to the VZ mtg this afternoon.
— Jonathan Fertig (@rightlegpegged) May 26, 2016
Dreamy.
1/2 pic.twitter.com/abqWtKMWXF