Tras coronar la subida al castillo de Doña Urraca, sorprendentes repechos encadenados sobre una cuidada vía pecuaria. Eso era lo que nos esperaba en el segundo tramo de la prueba.
El primer día del último mes del año amaneció frío, pero con un gran sol que nos iluminó durante la jornada e hizo brillar a los cristales de yeso característicos de estos caminos de la vega del Tajo madrileño.
Salimos del pabellón municipal «3 de abril» con un ligero retraso, sobre las 10:00 h, debido a las inscripciones de última hora, con un ritmo tranquilo porque la prueba era neutralizada hasta la mitad del recorrido, pero, en la primera dificultad, algunos bikers ya impusieron un fuerte ritmo para ir colocando a cada uno en su vagón.
Isaac, de la concejalía de deportes de Fuentidueña de Tajo, había preparado con sus colaboradores una ruta con dos partes claramente diferenciadas.
Los primeros 20 km, asequible para realizar con un nivel medio-bajo. Y, tras el avituallamiento, otros 20 km con un perfil exigente, especialmente en lo físico.
Entre los participantes, el potente corredor lugareño Puma (Juan Carlos Fernández), a la postre, vencedor de la prueba; y para acompañarle, ilustres como Lute Anguita, Jesús y Nereo del Nero, Mario Campos, David García Palencia, Julio Garvía…
Entre los que fuimos a disfrutar, José Manuel Cuenca y un servidor, que íbamos a rememorar viejos triunfos de nuestra época de juveniles, cuando mi compañero ganó aquí una carrera subiendo no recuerdo cuántas veces la retorcida carretera del castillo.
En el primer sector, transitamos por los alrededores de la ermita de Alarilla hasta el puente de Eiffel sobre el río Tajo, donde estaría situado el avituallamiento y desde donde se daba la salida lanzada para el tramo de competición.
A destacar la senda de la cueva de la Sal, donde sólo los primeros pudieron hacerlo en bici y, al resto, el tapón nos obligó a hacerlo a pie.
Un paisaje áspero, con mucho matorral y arbusto, pero con una bonita charca bordeada de yeso, justo antes de iniciar la estrecha senda, que es la entrada a la cueva.
Y después del avituallamiento, cruzamos el casco urbano y a subir hacia el castillo, bordearlo y bajar para cruzar la autovía A3 para coger una pista sobre la vía pecuaria, donde, como me apuntó, mi amigo Antonio Galbarro: ¿Cómo es posible que existan tantos repechos, tan empinados y tan seguidos?
Durísimas rampas las que nos conducen hasta la ermita de Santa Elena. Tras coronarlas, pudimos emprender un rápido descenso cara a meta. En esta parte, con más vegetación alta, pero más desprotegidos del fuerte viento que soplaba de cara. El breve paso por el pinar, nos ayudo a recuperar fuerzas y protegernos del vientos.
Al finalizar, sorteo de abundante material deportivo cedido por los diversos patrocinadores y, para los más rápidos, jamones, quesos y grandes panes como trofeos.
Destacar el esfuerzo de Isaac y la corporación municipal por organizar eventos, ya que, aun contando con un modesto presupuesto, son capaces de hacer pruebas perfectamente organizadas, señalizadas y atendidas.
Agradecer a todos los voluntarios, integrantes de Protección Civil y Policía Local, por velar por nuestra seguridad y velar por el buen desarrollo de la marcha.
Y gracias a todos los colaboradores y patrocinadores por sus aportaciones.
Y si quieres emocionarte con las fotos, puedes visitar en Facebook: Deportes Ayto. Fuentidueña de Tajo
Para la próxima edición no podéis faltar. Fuentidueña de Tajo y su castillo nos esperan.
Nos vemos por los caminos…