Algunos lugares de España se están convirtiendo en una auténtica vergüenza con su acoso continuo a todo tipo de ciclistas, tanto urbanos, como de carretera, y en este caso, de montaña
En vez de promover y fomentar el uso de la bicicleta en todas sus variantes, incluido el turismo activo y rural, la gran mayoría de autoridades han tirado por lo fácil prohibiendo su uso sin motivo aparente alguno, más que las quejas de algún vecino cuyo odio al ciclista es más que palpable
En muchos casos senderistas o cazadores (que no digo que todos), y cuando no, el ecologista de turno amigo del politicucho y que ninguno de ellos se ha montado en una bicicleta en su vida, deciden que son los ciclistas los culpables de todos los males.
Ya lo hemos visto en la Casa de Campo de Madrid, un parque urbano en el que solo puedes ir por el carril bici, la carretera y las cuatro pistas existentes, cuando en toda su extensión se han utilizado siempre sus senderos.
En Collserolla, Barcelona, ocurre más de lo mismo, se persigue a quienes practican mountain bike cuando hay soluciones mucho más prácticas y beneficiosas para todos, pero hacen oídos sordos por que eso supondría tener que ponerse a trabajar.
En Boadilla del Monte, en Madrid, también vimos hace meses como los agentes de la autoridad se dedicaban a perseguir al los ciclistas radar en mano, para que no superasen los 20 km/h en los caminos.
Ahora le ha llegado el turno a otra localidad madrileña con mucha tradición ciclista.
Soto del Real, su ayuntamiento y los Agentes Forestales, se han dedicado a perseguir a los ciclistas que utilizan la bicicleta de montaña fuera de las zonas que ellos y el famoso PRUG determinan que están prohibidas dentro del Parque Regional de la Cuenca alta del Manzanares.
«Por favor, cuída el medio ambiente por el beneficio de todos.»
Ayuntamiento Soto del Real, Madrid
El mensaje es claro, «las bicicletas son las que deterioran y dañan el medio ambiente«.
Pero en fin, esto es lo que quieren, el ciclismo de montaña por pistas de más de tres metros de ancho, las bicicletas al carril bici, y todos a menos de 20 kilómetros hora eso sí.
La sierra de Madrid, con las infinitas posibilidades que tiene para la práctica del mountain bike de forma sostenible, como ocurre con muchas otras zonas de España, ellos prefieren prohibirlo y llenarla de coches, que gestionarla y que todos podamos disfrutar de ella.
Lo de siempre, el campo no es de todos, es de unos pocos.
Como dicen por ahí, dan ganas de irse a vivir bastante lejos de aquí…