Todo camino tiene un principio, como empezar esta serie de artículos en los cuales he de hablar como persona y como viajero, ya que ambos están unidos.
Además ahora, y tranquilamente después de realizar mi viaje, sentado, pensando viendo en la televisión como el camino que recorrí se encuentra totalmente inundado.
Es curioso pero estuve a punto de hacer las cosas diferente, pero algo me dijo que el momento de ir era justo el momento en que lo decidí.
Después de terminar mi viajé, la situación al sur de Alemania la fue critica, por eso cuando sientas en lo más profundo que tienes que hacer algo, hazlo sin dudarlo.
Empecemos con lo que me motivo a realizar mi viaje, el primer paso.
La motivaciones pueden ser muchas cosas, simplemente el gusto de viajar, la pérdida de un trabajo, el interés de conocer gente nueva, aprender un idioma, hasta la pérdida de un amor. Lo interesante es saber que te impulsa a realizar uno de estos viajes únicos e inolvidables.
A mi y después de estar una tarde pensando en mis 36 años y en todo lo que he conocido y vivido, quizás porque tenia un momento de poca motivación y por la monotonía que estaba viviendo, decidí tomarme unos meses para mi, y así probar algo nuevo, cambiar de aires.
No para escapar, pienso que «hay tres cosas que siempre te seguirán vayas donde vayas: El tiempo, tus problemas y la muerte, por eso: disfruta del tiempo, aprende a vivir con tus problemas y espera valientemente a muerte».
Al final y después de descartar varias opciones, desde un retiro espiritual en Tailandia, descansar en África en plena naturaleza, hasta volver al lugar que me vio nacer (Perú), decidí algo más cercano y que por lo menos no estuviera totalmente sólo, aunque después lo estuviese en gran parte de mi camino.
Alemania, tierra donde empieza mi aventura, Berlín. Aunque nada planeado para el viaje en bici, sólo tenía la ayuda de amigos que abrieron la puerta de su casa y de su corazón para mi. Una familia que siempre llevare dentro de mi.
Aunque mi viaje comienza en Berlín, después hablaré de el a mi vuelta. Así empezó mi camino, aunque no mi viaje, los primeros días de lluvia y mal tiempo (común y normal en Alemania) en esta época, decidí coger una bicicleta prestada y preparar mi maleta.
Antes de nada tuve que buscar una bolsa para viajar con mis cosas en la bici. Las cosas esenciales en este tipo de viajes son varias, y siempre es mejor escribir una lista. Así que después de la media Marathon de Berlín, el día 7 de abril, y esperando una semana y media más que el tiempo me sonriese dije: «que sea lo que Dios quiera, me voy» «in sha’a Allah».
Siempre he dicho que los mejores viajes son a lugares donde conoces a alguien, por dos simples razones: normalmente una verdadera amistad siempre tiene un lugar para ti, como me dijo una vez un amigo: «para dormir, además de un techo que mas necesitas, sueño».
Y otra de las razones es porque conociendo a una persona que vive allí, conoce mejor el lugar y sus costumbres. Digo esto, porque mi primer destino era a la casa de una amiga a Dresden, aunque ya conocía la ciudad, no conocía el camino para llegar a ella, aunque era fácil, llegar al río Elba y luego todo río arriba.
Un día antes y ya preparado, las cosas cambiaron, mi amiga no estaba en Dresden, ¡No!. ¿Y ahora que hago?, pensé, pues cambió de camino. La vida a veces te da caminos para elegir, y también para cambiar, lo importante es ver esos caminos que se abren para ti, por eso estar atentos, a las señales, a las direcciones y esto no es nada filosófico, es practico, más adelante les contare y se darán cuenta porque lo digo.
Aunque ahora hablando de un poco de esto, pienso que todo viaje no sólo es siempre lo mismo: conocer gente, lugares nuevos, nuevas experiencias, aventuras, etc, claro que lo hay y mucho, pero además van a encontrar y sentir el latir del mundo, el cantar de los animales, el suspiro del viento, el grito ahogado de los ríos al golpear las piedras, van a sentir tanto, que por una vez en su vida van a escuchar realmente latir su propio corazón y el de la tierra, y esto es lo más simple que existe en nuestra naturaleza y que hemos cambiado, por rugidos de máquinas, sonidos del móvil, el despertador, el destapar una botella de cerveza, el sonido del dinero…, a esto estamos acostumbrados. Cuando sientas lo otro, realmente te sentirás vivo.
Volviendo al viaje en si, mi planes cambiaron, así que decidí tomar otro camino y totalmente desorganizado, ya que el otro camino si lo tenía medianamente organizado.
Pensé en un momento ir al norte y luego bajar por el Elba, así dar tiempo a mi amiga a llegar a Dresden, pero otra vez estaba ese algo que me guiaba y que me dijo: «no mejor ve directamente a Munich» y así decidí partir dirección a Múnich, sin saber que me esperaría…, aunque otra vez vuelvo a decir que al otro lado de mi primer camino me esperaba la madre de un gran amigo.
Así que esta dirección se abrió para mi, y no dudé en tomarla. Aquí comienza mi camino por tierras Alemanas
Aunque ahora hablando de un poco de esto, pienso que todo viaje no sólo es siempre lo mismo: conocer gente, lugares nuevos, nuevas experiencias, aventuras, etc…claro que lo hay y mucho, pero además van a encontrar y sentir el latir del mundo, el cantar de los animales, el suspiro del viento, el grito ahogado de los ríos al golpear las piedras, van a sentir tanto, que por una vez en su vida van a escuchar realmente latir su propio corazón y el de la tierra…..
Y esto es lo más simple que existe en nuestra naturaleza y que hemos cambiado, por rugidos de máquinas, sonidos del móvil, el despertador, el destapar una botella de cerveza, el sonido del dinero…a esto estamos acostumbrados. Cuando sientas lo otro, realmente te sentirás vivo.
Volviendo al viaje en si, mi planes cambiaron, así que decidí tomar otro camino y totalmente desorganizado, ya que el otro camino lo tenía medianamente organizado….
Pensé en un momento ir al norte y luego bajar por el Elba, así dar tiempo a mi amiga a llegar a Dresden, pero otra vez estaba ese algo que me guiaba y que me dijo: «no mejor ve directamente a Munich» y así decidí partir dirección a Múnich, y sin saber que me esperaría.
Aunque otra vez vuelvo a decir que al otro lado de mi primer camino me esperaba la madre de un gran amigo.
Así que este dirección se abrió para mi, y no dudé en tomarlo….y aquí empieza mi camino por tierras Alemanas.