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Terra de Maquis 2014. No es una carrera, es un concepto

Antes de sentarme a escribir esa crónica, estuve dándole vueltas a ver cómo podía expresar todo lo vivido este fin de semana en el Terra de Maquis 2014.

Cuando llegué al trabajo hoy por la mañana y me senté, tenía el culo dolorido, no es  por las horas encima bici, estoy acostumbrada a estar hasta 18 horas sentada en un sillín, fue por llevar la badana del culote empapada después del chaparrón que nos cayó el sábado.

Cierro las manos y me duelen, tengo las palmas de las manos doloridas y con ampollas, el calor, juntamente con la lluvia, dejaron los guantes calados y por eso tengo las manos así. Entonces miro también mis piernas, y veo los arañazos de las zarzas, quemaduras con ortigas, y moratones varios de golpearme contra el pedal cuando tengo que patear con la bici.

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En ese momento me vino a la cabeza la película: Teniente O´neil. La escena en que Demi Moore va al lavabo del bar, después de la pelea tremenda con Viggo Mortensen, está llena de moratones y heridas, y otra mujer que está en el lavabo la mira, y le dice: – Nena, deja ese hombre, no es bueno para ti!

Me río sola cuando lo recuerdo. Así estoy yo, llena de moratones y heridas, y seguramente si fuera el gym, como en muchas otras veces, al desnudarme en el vestuario las otras chicas me mirarían raro como pensado lo mismo que la mujer de la peli.

¿Eso cómo se puede expresar?

Si lo digo a otro biker: Es que he ido a Terra de Maquis, él podría entenderme si ya hubiera ido alguna edición. Pero si nunca ha ido, jamás me entendería.

No hay números que valgan. No sirve de nada decir: 244kms en btt y más de 6300mts de desnivel positivo. Estos datos no son suficientes para explicar que es ser un “aspirante” a Maqui, conseguirlo, o por lo menos intentarlo.

Terra de Maquis es una ruta de dos etapas que recorre el territorio del Bages en btt. Los Maquis eran conocidos guerrilleros de resistencia antifascista, intrépidos, valientes y atrevidos. El último Maqui conocido, se llamaba Ramon Vila Capdevila, más conocido como “Caracremada” (caraquemada en castellano), y ganó ese apodo por una cicatriz de quemadura que llevaba en la cara. Caracremada inspiró el perfil grabado en la madera que reciben los que logran acabar las dos etapas.

Terra_madera

Pero el grabado de esa imagen no se queda solo en la madera que uno recibe. Para nada. Todo lo que llegas a vivir ese fin de semana, se queda grabado, tanto físicamente en forma de dolor, calambres, arañazos, golpes, como psicológicamente, cuando recuerdas todo lo que has vivido: Tanto el lado positivo:  ambiente, excelente organización, reencuentro con amigos, disfrutar de la bici, disfrutar del camino y de la llegada  a la meta, como el lado más negativo: cansancio, agotamiento, pájaras, dolores musculares, desmotivación, tocar fondo y salir a flote…. Todo eso hace que después de ser un aspirante a Maqui, lo logres o no, jamás vuelvas a ser el mismo.

TERRA DE MAQUIS 2014

1ª etapa – 142kms – 3800mts desnivel positivo.

El viernes nos presentamos en el pequeño pueblo de Castellnou del Bages. La casa de colonias seria el “cuartel general” de la carrera. Allí se daría la salida y llegada de las dos etapas, además de servir de dormitorio, tanto para los que habían cogido alojamiento en habitaciones como para otros que dormían en furgonetas, auto-caravanas o tiendas de campaña. El lugar estaba bastante bien equipado, lo que permitía una acomodación muy fácil de los participantes.

Cuando vamos a recoger el pack de bienvenida, ya me voy dando cuenta que allí es diferente. Los organizadores cuando escuchan nuestros nombres nos saludan como si nos conocieran de antes, es como si cogieran la lista de inscritos y estudiaran todos los nombres para saber quién era cada uno. Este año éramos más de 200 participantes, y aunque parezca poco comparado con otras carreras multitudinarias, ya es suficiente para la organización. Ellos no tienen en mente un evento con más de 500 participantes circulando por los senderos de la zona, donde buena parte se retiraría por haberse metido donde no sabía. Hay un límite de 210 inscritos (que varía según la capacidad del lugar de alojamiento). Es el número con el que se puede ofrecer un excelente servicio de atención durante la carrera, además de respetar el medio por donde circulan sin formar infinidad de colas en los senderos ni destrozar el medio ambiente.

Primero detalle a tener en cuenta: El dorsal es de madera. Además del número, lleva el nombre completo del participante y teléfonos de emergencia.

Terra Dorsal_MG_6689

Segundo detalle: además de los típicos obsequios que es normal recibir en otras carreras: aceite para cadena, vaselina para el culote, etc., allí nuestro regalo era: Una mochila de hidratación Salomon personalizada con el logo de Terra de Maquis. Simplemente fantástico:

terra regalo

Me sentí tentada a estrenar mi mochila ya en la primera etapa, pero me he mantenido fiel a la premisa de no estrenar nada el día de carreras importantes. Estos errores pueden pasar factura luego.

Volví a la furgo para preparar la bici y dejar todo a punto para la primera etapa.

Hay algunos puntos importantes que quiero explicar. Terra de Maquis es una ruta de orientación que se hace con GPS, no hay señales por los caminos, por lo que, el conocimiento de la navegación con GPS es un plus a tener en cuenta. Es casi una aptitud, como la fuerza física o la técnica.

La navegación con GPS es complicada en rutas con muchos senderos y pocas pistas. Todo eso hace que el participante tenga que ir muy atento al track. Si vas bajando muy rápido porque te emocionas con la bajada y saltas un desvío, eso puede suponer volver a subir para coger el camino correcto. En la navegación con GPS lo importante es: Ir más despacio pero perderse menos que ir más rápido y perderse más.

Yo iba sola. Mi pareja, Jaume, va a su bola, el hace su ruta, yo la mía, él llega 5 horas antes que yo y cuando llego yo, el me recibe con la mejor sonrisa que alguien puede esperar en meta. Y si no puedo acabar y tengo que retirarme, allí está el también con su sonrisa para apoyarme…y viceversa.

De esa vez hay algo que estoy estrenando en carrera, el GPS. Ahora llevo un Garmin Edge 1000. Como su batería dura tan solo 8 hrs siguiendo track, pues llevo una batería externa que me recomendaron unos amigos. No tuve tiempo de probarla y eso sí que puede ser un error ya que no sé la autonomía que la batería externa dará al GPS. Como tengo una idea de tardar aproximadamente 14hrs en la primera etapa, espero que entre gps y batería externa, me permitan esa autonomía. Si no, estaré perdida… literalmente.

Después de preparar la bici, dejar todo a punto para el día siguiente, voy a cenar. Estoy de los nervios. Tengo miedo ¿porque no decirlo? Ya he oído todas las opiniones sobre ediciones anteriores de la Terra de Maquis, y sé que mucha gente mucho mejor preparada que yo, tanto físicamente como técnicamente, ha pasado canutas para acabar y algunos ni lo han conseguido.

No son los kms, ni el desnivel. Tengo miedo del terreno. No se puede comparar con ninguna otra. No es lo mismo hacer 4500mts de desnivel por pistas buenas, como por ejemplo, en los 10mil del Soplao, que hacer 3500mts por senderos y trialeras. No hay puertos largos, no se puede coger un ritmo constante de subida. Es un terreno rompepiernas, no da descanso, no tienes bajadas largas para recuperar y las bajadas que hay, tienes que ir atento para no caerte. No es como bajar por una pista, donde puedes comer y beber tranquilamente. En un sendero técnico, como quites la mano del manillar para coger el bidón te puedes quedar sin dientes en menos de lo que canta un gallo.

En la cena, el reencuentro con viejos conocidos, charla con amigos y algunas risas me sirven para relajar y calmar un poco los nervios. Hemos cenado muy bien: ensalada de pasta, ensalada verde, patatas fritas y unas hamburguesas (que no comí). Yogur o natillas de postre. Solo faltó una opción vegetariana a las hamburguesas. Es lo que tiene no comer carne, no siempre contemplan los veganos, lo compensé comiendo más ensalada. Pero aparte de eso, todo perfecto.

Terra

Vamos a dormir, mañana nos espera un largo día y más vale estar bien descansada, aunque ya eran más de las 23hrs, y la salida seria a las 7, así que el despertador estaba puesto 2hrs antes, a las 5 a.m.

La noche no ha sido tranquila, muchas veces me he despertado con el ruido de la lluvia en el techo de la furgo, pero estaba tan entorpecida por el sueño que ni siquiera le di importancia.

Cuando sonó el despertador vi que no éramos los primeros a levantar. No sabía si ya servían el desayuno a esas horas, así que acabé de prepararme: carbohidratos en el agua del bidón, geles y un par de barritas en la bolsita del cuadro. El teléfono móvil para alguna emergencia, un par de plátanos en el bolsillo del maillot, herramientas básicas y lo principal: mi MP3 con música, 14horas sobre la bici dejaban tiempo para todo, incluso para escuchar buena música, cañera, y que me inspirara en los momentos de bajón.

No suelo comer con ganas a horas tan tempranas, pero me obligué a hacerlo pensando en lo que me esperaba. No convenía saltar ninguna comida, luego nos pasaría factura.

Antes de entrar en la parrilla de salida, las chicas que hacían parte de la organización marcaban con rotulador el número del dorsal en los geles y barritas que llevaban cada uno para evitar que la gente tirara los envoltorios en el monte (aunque he visto alguno que otro tirado de todas formas).

A pocos minutos de la salida había tensión en el aire. Se respiraba de todo. Cada participante aportaba una forma diferente de energía y ese cóctel daba al aire una atmosfera especial. El speaker preguntaba por el micrófono: ¿Qué somos? Y todos teníamos que contestar: ¡Maquis! Tantas veces como para que el espirito nos impregnara de ganas de ser Maquis, más aun de la que ya teníamos.

Pocos minutos después de las 7 se da la salida. La orientación por GPS empieza a “dar sus frutos” ya que la cabeza del pelotón coge el track de llegada y ¡empieza por el final! Ja Ja Ja!! Escuchamos el speaker que grita por el micrófono: ¡ Por ahí no! Media vuelta y a buscar el camino correcto. ¡No pasa nada! ¡Eso es 100% Maqui!

En mi planteamiento personal, he dividido la ruta por metas: Cada avituallamiento y cada control de paso era una meta, no miraba la ruta entera pero si pequeñas metas. Llevaba pegado en el cuadro un papel con el km de los avituallamientos y el horario máximo de paso. Cada vez que pasara por un control, sería un paso más en mi intento de ser Maqui.

Mis datos eran:

1 Sant Fruitós de Bages

km 35 – 10:30

2 La Tatgera

km 55 – 12:30

3 Ctra. Monistrol Calders

km 75  – 15:00 -1º corte

4 Ctra. Moià

km 88 – 16:30 – 2º corte

5 Ctra. Artes

km 108 – 18:30 – 3º corte

6 Hostal del Camp

km 128 – 20:15 – 4º corte

7 Bar Maqui  (Aquí cerveza)

km 138  – 21:15 – 5º corte

Así que vamos a por la primera meta: Avituallamiento del km 35.

Volvería a hacer estos primeros 35 kms 4 veces más si fuera necesario. Una sola palabra: Disfrute.

Terreno ideal. Las lluvias de la noche habían dejado el terreno perfecto para rodar, los neumáticos agarraban a la perfección, no había barro, la poca agua había servido para compactar el terreno seco del calor de días anteriores. Subía y bajaba de maravilla. En estos primeros kms he sido feliz y he recargado mi batería psicológica de optimismo. Era consciente de que no estaría así el día entero, pero tenía que vivir el momento.

Noe terra

Pasé por ese primero control con 2h40m con una vel.media de 13,2km/h.

Comí un plátano que llevaba en el bolsillo y melón, mucho melón que había en el avituallamiento, entraba de maravilla ahora que empezaba a apretar la calor. Relleno el bidón y sin perder mucho tiempo sigo hacia la siguiente meta: km 55

Ahora venía la peor parte. Se acabaron las horas frescas y empezaba el calor, y aquí servidora con calor lo pasa muy mal.

Noe terra 2

Tocaba sufrir.  Y tanto que he sufrido. Justo ahora venían unas subidas en terreno abierto, donde el sol castigaba sin piedad. Tenía que regular, con la asfixia del calor no puedo apretar subiendo, toca regular al máximo. Como aun no estaba al 100% de mi rotura de ligamiento del tobillo, para facilitar el pateo decidí ir con unas zapatillas mas aptas a patear. El problema es que también son de invierno y mantienen el pie caliente: Como si hiciera falta hoy! Tengo que buscar unas zapatillas aptas para pateo pero refrescantes para verano. Hoy iba con los pies quemando.

Solo podia soñar, soñar con algún río, alguna fuente por el camino….algo que apague el incendio que llevo dentro. Después de una dura subida, pasamos por una urbanización y había una casa en obras, vi una bici con dorsal tumbada en la entrada y pensé: Habrá deseado lo mismo que yo: ¡¡¡agua!!!
Paré y pregunté al dueño de la casa si podía usar la manguera, me dio permiso y me eché agua en la cabeza, en los pies, remojé los brazos, la nuca. Noté como el frescor aliviaba mi sufrimiento. Di las gracias y seguí adelante.

El frescor duró poco pero pude seguir un poco más. Había mojado también los guantes y aprovechaba para pasarlo sobre los labios, los tenia resecos y notar el frescor de los guantes me aliviaba.

Terra 2

De vez en cuando venían unos tramos que daban un respiro, dentro del bosque, con aire fresco. En estos tramos recuperaba fuerzas para volver a quemarlas cuando iba al sol.

Los kms pasaban despacio, o quizás era en mi cabeza, no lo sé. Cuando sufrimos, los minutos son horas.

Cuando volvimos a pasar al lado de un rio, decidí buscar un torrente para refrescarme otra vez. No valían los charcos de agua parada, tenía que ser agua corriente al menos para estar un poco limpia. Cuando vi un torrente, me paré, metí los pies dentro con zapatillas, me refresqué brazos, piernas y la nuca, y comí una barrita mientras permanecía con los pies dentro del agua.  Fue una carga rápida de fuerzas.

Seguí adelante y por fin llegué al segundo avituallamiento. Volví a empachurrarme de melón, con esa calor era lo que mejor entraba. Como no podía comer, decidí tirar de geles, si no, iba tener un no deseado encuentro con el “hombre del mazo”.

Entre el ultimo avituallamiento y este, la vel.media había bajado a 8,6km/h. Mi velocidad es inversamente proporcional a la temperatura.

Sin perder demasiado tiempo seguí adelante. El calor era terrible pero parada no iba ganar nada.

En los tramos expuestos al sol me venía abajo, me desmoronaba. No podía apretar porque me asfixiaba y parecía que me mareaba, tenía que respirar hondo e intentar bajar de pulsaciones. En estos kms, entre el 35 y el 75, he tenido que sacar toda la fuerza mental que tenía para compensar el sufrimiento que estaba pasado por tanta calor.

En otro paso por el rio he vuelto a mojarme. Pero no sola, de esa vez otro participante también estaba parado refrescándose. El sufrimiento era para todos en general. Nadie estaba inmune.

Terra 3

Algunas veces, cuando pasaba por algún sendero sombreado, me paraba para “refrigerar el motor”. Un par de veces alguno de los chicos que venían cerca se paraban también, y nos quedábamos unos minutos sentados, comiendo algo o tomando un gel, bebiendo agua y comentando “que mal se va con esa calor”. En estos momentos no te sientes tan sola, sabes que los demás también están pasando mal, y si ellos lo superan, tú también puedes superarlo.

Tantas horas, tantos kms, tantas vivencias juntos hacen que afloren risas y bromas entre los participantes, con algunos me he reído cantando “I´m got the power”, con otros he compartido equivocaciones siguiendo el track, algunas veces ellos, otras veces yo, pero juntos corregimos y seguimos adelante.

Ahora tocaba llegar al control del km 88. Mentalmente era un punto clave para mí ya que había “estudiado” el perfil, y a pesar de ser rompepiernas, se notaba que hasta el km 88 se iba ganando altura, y a partir de ahí, volvíamos perdiendo altura aunque con mucho desnivel aun por superar. Pero se podía decir que lo más duro estaba hecho.

El tramo entre el ultimo y este avituallamiento he bajado mas aun la media:  8,1km/h.

No perdí demasiado tiempo, rellené el bidón, comí más melón, otro gel y seguí adelante.

El tramo entre el km 88 y el 108 se me hizo larguísimo. Los kms no pasaban pero las horas si, y volando.

Por suerte para mí, se veían unos  nubarrones oscuros que empezaban a hacer sombra al sol. Y cuando se va el sol, para mí es como inyectarme sangre en las venas, empiezo a volver a la vida.

Terra 4

Cuando vuelven las subidas, ahora puedo apretar un poco más donde antes solo podía arrastrarme con la calor. Bendecidas nubes.

Durante la etapa, solo he coincidido con una chica más, a Montse Mollet. Aunque en total había 5 participantes féminas, pero no he visto el pelo a ninguna más.

En ese tramo coincido con otro participante, Joan Delgado con el cual he coincidido antes y vamos juntos charlando. Suerte de la compañía porque se hizo más levadero.

Ahora no eran solo nubes, también empezó a llover. Yo había salido sin chubasquero ni nada, ni un mísero chaleco. De hecho, he salido temiendo más el calor que el frío.

Tampoco eran necesarios, quiero decir… ¿para qué chubasquero si la lluvia es refrescante después de calor tremendo por el cual hemos pasado? El agua era para mí como para las plantas, he resucitado.

Cuando por fin llegamos al control del km 108, ya llovía a mares. Mi compañero de ruta paró y se metió debajo de la carpa. Allí había muchos otros participantes abrigándose de la tormenta. Yo he parado, les he mirado dudosa. Uno va y me dice: – Apoya la bici ahí y ponte aquí a cubierto.

Yo le contesto: – Pero ya estoy mojada, sí paro ahora es peor porque voy a coger frío.

Y sin esperar respuesta arranco y sigo adelante.

Ahora voy rodando bajo la lluvia, sola, no veía a nadie, ni por delante ni por detrás.  Solo tenía la compañía de la lluvia, los rayos y los truenos.

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Después de unos kms empiezo a ver rodadas de bici en la tierra y pienso: Estos han pasado después de la lluvia, caso contrario la fuerte lluvia hubiera borrado el rastro, así que igual alcanzo a algún otro para no rodar sola.

Paró de llover. Yo no tenía frío, iba feliz, sin calor. Solo disfrutando del terreno, del camino, pensando que “solo” me quedaban 34kms por delante, y si había aguantado hasta ahora, podía aguantar hasta el final.

Ha habido  tramos en que hubiera sido mejor ir acompañada. Tuve que superar una “V” que a duras penas pude pasar sola. Para bajar tuve que tirar primero la bici, luego bajar arrastrándome con el culo, y después, para subir el otro lado, subir la bici, dejarla arriba (el barranco era de mi altura aproximadamente), luego busqué un paso por la derecha, donde había un árbol con la raíz a descubierto y pude agarrarme en la raíz para subir el barranco.

En un sendero escucho los motores de las motos. Paro para dejarles paso y el motorista me pregunta si todo bien. Yo le digo que sí, y le pregunto si era la última (pensé que sería la moto-escoba), y me dice: – Nooo!, Hay muchos aun por detrás!

Le digo: Uff, me has dado un susto! Pensé que ya era la última y que iría con la presión de la escoba hasta el final! Jajajaja

Por fin, después de lo que pareció una eternidad, llego al control del km 128. Eran las 19:45. Allí me encuentro a un amigo, Rubén y su compañero Miguel. Tomamos una coca cola, rellenamos el bidón y seguimos adelante, no podíamos perder mucho tiempo para evitar llegar de noche.

A partir de ahí seguimos juntos casi todo el tiempo. Charlando con Ruben y Miguel. Empezó a llover otra vez, pero ahora mucho más que antes, una cortina de agua tremenda, escuchando los truenos y rayos que caían en algún lugar. La lluvia no me importaba, pero debo admitir que los rayos me daban un poco de miedo.

En las subidas el agua bajaba como si fuera el cauce de un río. Hubo una rampa en que tuve que bajar de la bici y patear tanta era la cantidad de agua que bajaba. Justo al final de esa rampa veo algo que se parecía a una carpa y pienso: Creo que he llegado al control del km 138. Miro hacia atrás y no veo ni a Rubén ni a Miguel. Pero no puedo parar ahora, sigo adelante.

Allí me recibe un conocido, Abel, que era el responsable de ese avituallamiento. Me pregunta si necesito algo, y me ofrece un chubasquero. A esas alturas yo ya estaba completamente empapada, pero acepto el chubasquero de todas formas, no sabía lo que me esperaba en estos 4kms que faltaban.

Por suerte el terreno era muy fácil y cuando menos esperaba, empiezo a escuchar ruido por altavoces, pienso: ¡Joderr, y estoy en la casa de Colonias, he llegado a la meta!

No lo podía creer después de todo por lo que había pasado. Casi me entran ganas de llorar y todo!

Un poquito más de pista, sendero de bajada muy embarrado donde bajo con cuidado y por fin veo el arco de meta. Acabo la etapa con un crono de 14 h 05 min. Pero estos números no son espejos de la realidad, la realidad mucho más compleja: senderos de subida, de bajada, trialeras, calor, lluvia, barro, rampas infernales, acantilados vertiginosos, paisajes impresionantes, un personal súper entregado en los avituallamientos que nos trataban a los últimos como si fuéramos los primeros, palabras de ánimos de todos, en fin, una infinidad de sensaciones que te pueden llevar desde el mas fondo del pozo al más alto de la cumbre y luego volver a hundirte para al final volver a la cumbre cuando cruzas la meta y piensas: – Soy ½ Maqui. Pero aun falta la segunda etapa. Y no va ser fácil.

Al principio de la etapa piensas: Hay que ahorrar que el día va a ser largo. Cuando vas al final de la etapa y falta poco tampoco puedes soltar gas porque piensas, no hay que malgastar energías hoy porque aun queda el mañana. Y pienso que hasta el final de la última etapa no puedes darlo todo, hay que ir siempre al medio gas, pensando en lo que espera.

En la meta me espera mi Jaume, me recibe con un abrazo y una sonrisa. También me abraza Ada Xinxó, Dani Llorens y otros más, a pesar de que les digo que voy llena de agua y barro, pero les da igual.

Ada Xinxó es una maquina, lleva 4 ediciones y las 4 completadas con éxito. Ha llegado con 12h37m y también hace toda la ruta sola, sin ninguna sherpa que le acompañe. Una autentica Maqui afrontando sola todo el recorrido.

Resumen de la etapa en mi GPS: ¡Ojo! A la temperatura máxima: 43º. Ya decía yo que notaba algo de calor. Tiempo en movimiento: 11h47m, tiempo total: 14h04m. Mas de 2horas de paradas.

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Ahora toca ducharme rápidamente y poner ropa seca y caliente o puedo pillar un buen resfriado. Ya es tarde y no queda tiempo para muchas alegrías. Hay que cenar e intentar dormir cuanto antes para descansar. La etapa de mañana dicen que es la más técnica y después del diluvio que ha caído hoy, el terreno puede estar impracticable. Podemos esperar lo peor.

Jaume va dormir en una habitación pero yo prefiero la furgo. Estoy tan cansada que me cuesta conciliar el sueño y cuando por fin logro dormir, es un sueño tan ligero que me despierto con cualquier ruido. La salida mañana seria un poco más tarde, a las 7 y ½, así que puse el despertador para las 5:30a.m. Y cuando confirmo la hora para despertar, el móvil me enseña el mensaje: – El despertador sonará dentro de 6 horas y 15 minutos. ¡Solo tengo ese tiempo! Pero si necesito al menos 12 horas durmiendo de un tirón para recuperar de lo que hice hoy!

Han tomado salida 210 participantes.

51 se ha tenido que retirar, algunos por no pasar los cortes horarios aunque querían seguir, y algunos que no podían o no querían seguir.

159 participantes han logrado acabar la etapa.