Un nuevo estudio sobre el nivel de protección de los cascos para montar en bicicleta, ha desvelado que muchos ciclistas profesionales desconocen que estos no protegen sobre lesiones como las conmociones cerebrales.
El estudio, realizado por el doctor Jack Hardwicke de la universidad de Northampton, recabó diversos datos sobre más de 400 ciclistas que participan asiduamente en competiciones.
Los datos resultantes, reflejaron que solo uno de cada cinco ciclistas competitivos, sabe que los cascos no protegen sobre los posibles daños cerebrales.
El ciclismo está cada vez más concienciado con las conmociones cerebrales y las enfermedades que provocan
Seguramente te suenen los sistemas MIPS, SPIN o WaveCel, supuestamente capaces de evitar las fuerzas rotacionales de nuestra cabeza y cerebro en una caída en bicicleta o golpe en la cabeza.
Estos sistemas, «minimizan» estas rotaciones, pero nunca las evitan por completo.
Los test de seguridad que se realizan a la mayoría de cascos para ciclismo del mercado, se efectúan normalmente con golpes o simulaciones de caídas a 22 kilómetros por hora.
Salvo que sea una subida muy pronunciada, un ciclista profesional o competitivo, suele ir a mucha más velocidad en carrera o incluso entrenando.
Solamente el 20% de los ciclistas entrevistados sabía que los cascos no protegen sobre las conmociones cerebrales
Los datos registrados por la Universidad de Northampton, no solo han servido para saber que es lo que piensan la gran mayoría de ciclistas competitivos, también para pedir a la industria que informen de las limitaciones de sus productos.
Los fabricantes de cascos, normalmente solo ponen en las etiquetas y especificaciones de sus productos, las certificaciones que estos han pasado para poder comercializarse.
Pero rara vez explican, que ante un fuerte impacto en la cabeza, las conmociones cerebrales y otras lesiones son inevitables.
Otra de las curiosidades, es que entre los entrevistados, el 47% dijo en tras una caída y golpe en la cabeza, si el casco solo resultaba arañado, no acudiría al centro de salud.
Muchos ciclistas profesionales utilizan cascos que han sido testados a velocidades muy inferiores a las que circulan con sus bicicletas.
La gran mayoría, pese a que pueden utilizarlo, no llevan en sus cascos los sistemas anti-rotacionales mencionados, ya que estos son más pesados y no permiten la misma ventilación de la cabeza.
Como hemos visto recientemente en la Copa del Mundo de descenso en bicicleta de montaña, incluso con los mejore cascos integrales de unos cuantos cientos de euros e infinidad de tecnologías, las conmociones cerebrales están a la orden del día.
El estudio, el cual puedes ver aquí, pide que no solo los fabricantes de cascos informen de las limitaciones de los mismos, sino que se estudien medidas de seguridad acorde al uso que se va a dar los productos, el cual no es recreacional, sino competitivo.