Hoy en día, la norma que muchos ciclistas aplican, es la de llevar el sillín lo más paralelo posible al suelo posible.
Aunque esto no siempre es aconsejable. Muchos ciclistas aficionados y profesionales optan por acudir a expertos para realizar un estudio biomecánico o tienen sus propias medidas y manías personales.
Pero según un estudio por el Centro Nacional de Biotecnología NIH, bajar la punta del sillín ocho grados, mejora sustancialmente la eficiencia cuando subimos pedaleando sentados en bicicleta.
Bajar la punta del sillín 8º mejora la eficiencia bruta en bicicleta un 1,4% de media
El estudio se realizó con 19 ciclistas aficionados en buena forma, que pedalearon múltiples veces en una subida de cinco minutos sentados sobre el sillín.
Debían mantener una potencia constante de 5W/k.
Durante el desarrollo de la prueba se midieron distintos factores, como el consumo de oxígeno, la producción de dióxido de carbono, y en los dos últimos minutos de cada subida, su potencia metabólica media.
El resultado, comparándolo con los datos de la misma subida con el sillín paralelo al suelo, fue de una mejora de la eficiencia bruta del 1,4%.
El estudio también refleja que la mejora podría ser aprovechada tanto por ciclistas aficionados como por profesionales.
Esta abre también un abanico a más pruebas con diferentes factores, como la pendiente de las subidas, o los sillines diseñados específicamente para subir.
Cabe resaltar, que la mejora es solo en las subidas, pues llaneando o bajando, la postura del ciclista sobre la bicicleta y los músculos a utilizar varían.
Además, también por norma general, bajar la punta el sillín hace que tengamos que soportar más peso sobre nuestras manos, brazo y hombros, además de en las piernas.
Bajar la punta del sillín 8 grados podría ser contraproducente en otras situaciones.