Cuando observemos una capacidad de frenado menor, es necesario lijar las pastillas para recuperar sus características.
Para ello quitamos la rueda, alineamos las patillas del pasador que mantienen las pastillas en su sitio, extraemos el pasador y las pastillas y las lijamos con una lija de grano fino. Es importante no presionar la maneta del freno durante el proceso, para que los pistones no se junten e impidan que el disco quepa entre las pastillas al colocarlas de nuevo.
Una vez hecho lo anterior, colocamos las pastillas y el pasador, y ¡ya tenemos una buena frenada!