Cuando hace frío, llueve, o nieva, existe la creencia popular de que no es posible desplazarse en bicicleta.
Y no estamos hablando del ciclista deportivo o quien utiliza la bicicleta para practicar deporte, si no de los millones de personas que se desplazan a diario en este medio de transporte.
Ámsterdam es sin duda alguna uno de los muchos ejemplos que podemos ver de ciudades que han integrado a la bicicleta como principal motor para el desplazamiento de una gran parte de la población.
Por aquellos lares, y sobre todo en otoño, invierno, e incluso primavera, la lluvia hace acto de presencia en gran parte de los días, cuando no, la nieve.
Las temperaturas no es que sean muy «agradables» como en gran parte del territorio español.
¿Entonces no se utiliza la bicicleta cuando llueve o nieva en Ámsterdam?
Gracias principalmente a la gran infraestructura ciclista de gran parte de los Países Bajos, y no solo hablamos de los carriles bici y vías ciclistas, si no a todo lo que los rodea (señales, facilidades, parking de bicis, calles peatonales compartidas, etcétera), y en segundo lugar a la apuesta de sus gobiernos, sumado a la cultura de varias décadas desde que se decidió poner las máximas trabas al coche privado, el uso de la bicicleta prácticamente es el mismo a diario, llueva, nieve o truene.
Seguro que hay menos personas cuando llueve, pero para quienes la bicicleta es su medio de transporte diario, basta un buen chubasquero, y si se desea un pantalón impermeable, y sin mayor problema, llegan a su destino.
Hay quien después de ver este video o los miles que puedes encontrar en la red, seguirán diciendo que no es posible desplazarse en bicicleta por que llueve, nieva o hace demasiado calor en verano.
En Ámsterdam, como en París o cualquier ciudad que haya apostado por la bicicleta como medio de transporte, los ciclistas urbanos la utilizan llueve o truene.
Snowing in Amsterdam pic.twitter.com/IS4z7i474i
— Hackney Cyclist (@Hackneycyclist) February 28, 2023
La mayoría, como bien sabemos, son excusas.
