¡Qué locura! Al colegio en bicicleta a -17ºC nevando y lloviendo. Pobres niños…

En España, cuando llueve o nieva, es bastante difícil ver algún ciclista urbano desplazarse en bicicleta por nuestras calles y carreteras. Incluso cuando solo es frío lo que hace, la gran mayoría ni se le ocurre asomar el hocico por encima de la manta a no ser que esté obligado a ello.

Pero en otros países, no tan lejanos como algunos piensan, esto no es así. Aunque nieve un día o nieve durante meses sin cesar, o caíga la del pulpo, la bicicleta no deja de utilizarse.

Ya sea para ir al colegio, como para ir al trabajo, comprar en al supermercado, o cualquier actividad diaria que los humanos de estas latitudes ni si quieran se plantearían hacerlo en bici.

Imagina que una mañana te levantas, y está todo cubierto de un espeso manto blanco de nueve. Tejados, aceras y carreteras. Lo primero que se te pasaría por la cabeza si fuese un día entre semana, sería llamar al trabajo para decir que te es imposible llegar.

Si tienes hijos o tu mismo tienes que ir a clase, más de lo mismo. Buscaría la excusa en las redes sociales para ver si todo está colapsado y así evitarte el embrollo que sería ir a clase o llevar los niños al colegio con el SUV con ruedas sin tacos.

Pero tampoco hay que ponerlo tan dramático. Si ya cuando caen cuatro gotas se arma la de san dios en todas las carreteras de las grandes ciudades. Imagínate si se tirase nevando durante semanas. Se acabaría el mundo.

Pero hay personas y personas, o en este caso niños y niños, y sin querer hacer comparaciones, pues ninguno de ellos tiene la culpa. En algunos lugares de Finlandia, como puede ser Oulu, una de las ciudades más al norte del país, la mayoría de niños en edad escolar va a clase en bicicleta. Hasta ahí, ya nos superarían, pues en España no existe ni tan si quiera una minoría que lo haga.

Pero van en bicicleta ya sea verano, otoño, primavera o invierno, cuando el suelo en general permanece nevado y con hielo durante meses y las temperaturas pueden estar durante todo el día por debajo de -15ºC.

Y no es una excepción, este es solo un ejemplo de ciudad europea donde se utiliza la bicicleta durante todo el año y haga el tiempo que haga.

Pero para que esto funcione, a parte de educar a las personas desde muy pequeñas, las infraestructuras para que el uso de la bicicleta triunfe, han de ser las adecuadas y estar a la altura.

Aquí lo máximo que podemos ver para facilitar las cosas es que se permita aparcar frente a los colegios en doble y triple fila a la entrada y salida de los niños, y no exista ni tan si quiera una zona segura donde candar las bicicletas, si es que las hubiese.

La culpa es de todos, menos de los niños claro está. El día en que tanto políticos como votantes (y los que no voten también), cambien el pensamiento de que entre la comodidad de algo y la necesidad de ese algo, existe un mundo, comenzaremos a avanzar como sociedad en el uso del transporte sostenible y saludable.

Lo mejor que puedes hacer para ello, es dejar el coche y moverte en bicicleta siempre que te sea posible.

Aún alucino con las personas que dicen «¡me voy al gimnasio!«, y cogen el coche para ir 4, 6 o 24 manzanas para meterse luego a dar pedales en una bicicleta estática.

Sin duda alguna, permítame que te diga, no lo estás haciendo bien.

Pd. Si eres de los que no has visto que el título era en modo sarcástico, te lo confirmamos aquí. Aunque dudo mucho que si te lo has tomado en serio llegues hasta esta línea para leerlo.

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