Ya ha llegado el primer día de descanso del Tour de Francia 2017 y nos ha dejado un panorama inesperado, lo único que es «normal» es ver vestido de amarillo a Froome.
Desde el arranque del Tour en Düsseldorf, una contrarreloj que eliminó a dos bazas importantísimas como eran Valverde e Izaguirre por culpa de un suelo que parecía una pista de patinaje debido a la lluvia, hasta la etapa de ayer con final en Chambéry y que también dio al traste con las aspiraciones de corredores como Porte o Thomas por sendas caídas.
O por demostrar una debilidad inesperada, como pasó con Nairo Quintana o con Alberto Contador, este último de manera más acuciante, lo que le deja en una situación muy complicada, por no decir imposible, para poder hacerse con la ronda gala.
Lo único que parece normal y que sigue el guion preestablecido es que Froome sea el líder de la carrera, pero también es verdad que no ha demostrado la misma fortaleza que otros años. Esta situación todavía deja abierta la carrera, aunque los máximos contrincantes del corredor del Sky hayan demostrado que no están tan bien como se esperaba. Hemos visto como los Aru, Bardet e incluso Urán han dado un paso adelante a la hora de intentar poner en apuros a Froome.
Las caídas están teniendo más protagonismo del deseado.
La del ciclista Australiano, Richie Porte en la etapa 9 cuando se disponían a cubrir el descenso del Mont du Chat sufrió esta espeluznante caída en la que se fractura la clavícula y la cadera. Porte estaba en quinta posición y era unos de los favoritos a ocupar el podio en París.
Alberto Contador tampoco se libro y en la novena etapa se cayó cuando sufrió un enganchon con Nairo Quintana.
Sólo ha pasado una etapa de las llamadas duras, todavía quedan dos tercios de la carrera, todavía quedan el Izoard, Peyragudes, Galibier. Y todavía quedan 22,5 kilómetros contra el reloj antes de llegar a París.
Esperamos seguir viendo el mismo espectáculo que nos están ofreciendo hasta ahora los corredores, con ataques, ganadores de etapa que sólo se pueden ver con la foto finish.
Parecía que la expulsión de Sagan (tan aplaudida como criticada) iba a acabar con un baluarte importantisimo a la hora de dar espectáculo, pero ha abierto la posibilidad de una lucha por el maillot verde más abierta que nunca.
No sabemos cómo acabará este Tour, hay más incógnitas de las esperadas, lo que sí es seguro es que los días de descanso se nos hacen demasiado largos.