El término Hyperbike aplicado al mundo del ciclismo, se utiliza para denominar aquellas bicicletas eléctricas inteligentes, que son capaces de regular velocidad y potencia según la vía por la que circule.
El futuro de la movilidad en las ciudades pasa inexorablemente por las bicicletas eléctricas.
Dentro de estas, también denominadas ebikes, existen multitud de variantes, según el uso, la potencia, velocidad o si cuentan o no con acelerador o gatillo.
¿Qué problemas presentan las bicicletas eléctricas Hyperbikes?
A día de hoy, el mayor problema de las Hyperbikes, es que la industria de la bicicleta y los grandes fabricantes, se oponen a calificarlas como bicicletas Pedelec o EPAC.
Existen sin embargo, algunos grandes fabricantes que ya tienen o tienen pensado añadir a su catálogo alguna Hyperbike, entre ellas Vanmoof, Bosch o BMW. Pero aún son pocos para hacer fuerza.
La normativa Europea y la de medio mundo, con el beneplácito de autoridades y la propia industria de la bicicleta, establece que para que una bicicleta eléctrica tenga los mismos derechos y obligaciones que una bici normal, debe de cumplir una serie de requisitos.
Los requisitos básicos para que una Ebike se considere como una bici normal, son los siguientes:
- Motor con una potencia inferior a 250W
- Que el motor no supere los 25 km/h de ayuda
- Que el motor solo se accione al pedalear
Existe alguno más, pero básicamente son esos tres puntos los que debe cumplir una bicicleta eléctrica para no pasar al siguiente nivel, las Speed Pedelec.
Las Speed Pedelec siguen siendo bicicletas eléctricas, pero al superar potencia, velocidad y en muchos casos contar con gatillo o acelerador, el ciclista debe de cumplir los típicos requisitos
- Carnet de conducir
- Seguro obligatorio
- Llevar Casco
- Pasar ITV
- Etcétera…
Y es aquí donde reside la lucha de los fabricantes que apuestan por las Hyperbikes y los detractores.
Las Hyperbikes son capaces de regular mediante la tecnología de Geofencing o Geovalla (puedes saber más sobre esta tecnología aquí) y la Inteligencia Artificial, la velocidad y potencia de su motor según la vía por la que circule el ciclista.
Es decir, si va por un carril bici, un parque o una zona donde hay más bicicletas «normales» circuando, no superará los 25 km/h de ayuda y su motor no ofrecerá más de 250W.
Todo esto regulado de forma automática por el ordenador de abordo, las coordenadas GPS y la información en tiempo real de la Hyperbike.
Pero si por el contrario el ciclista circula por carretera o ciudad con tráfico abierto, la Hyperbike aumenta su velocidad y/o potencia para adecuarlas al resto de vehículos de la vía.
¿Parece sencillo no?
Pese a que las empresas que apuestan por estas bicicletas del futuro lo tienen claro, aún se encuentran en una dura lucha por cambiar la legislación actual para permitir que estas Hyperbikes se consideren bicicletas al uso.
Esto entrañaría una serie de «riesgos» según los fabricantes que se oponen a ella, pues podrían aparecer una serie de problemas de «convivencia» que en la actualidad están contenidos, y que ello perjudicase la actual escalada de ventas de bicicletas eléctricas en todo el mundo.
Sea como fuere, las Hyperbikes están llamadas a ser las bicicletas del futuro, aunque su uso dependerá de la resistencia de los grandes fabricantes de bicis eléctricas para que estas se impongan.