Seguramente ya hayas escuchado hablar sobre la nueva Oiz, por tratarse de una marca nacional como Orbea, además ser una de las bicis mas bonitas de doble suspensión orientada al Rally o XC que hemos visto últimamente y que cuenta con últimos avances tecnológicos, permitiendo a la marca vasca, denominarla como la mejor bici de doble suspensión que han producido nunca.
Su palmarés antes de salir al mercado, impresionante. Catharine Pendrel, corredora del Luna Pro Team de Orbea subió a lo más alto del podio de la Copa del Mundo de XCO en Mont St. Anne (Canadá) y Windham (New York) cuando todavíala Oiz no se había presentado al mercado. De este modo, hizo honor a su nombre, «Born to win». Y la cosa no queda ahí, Catharine se ha convertido en Hafjell, Noruega, y junto a la Oiz 2015, en la nueva campeona del mundo de XCO 2014. No ha podido tener mejor estreno.
Pero no vamos a venderte la moto (en este caso, la bici), para eso basta con que busques en Google “Orbea Oiz 2015” (pincha y verás), y podrás llenarte la cabeza con nombres y datos que pocas sensaciones te van a transmitir. Vivimos en la tierra, así que permanezcamos con los pies sobre ella.
En esta tercera o cuarta generación de Oiz (los propios ingenieros de Orbea Xabier Narbaiza y Beñat Auzmendi charlaban sobre que versión era sin tenerlo realmente muy claro), pone el listón tan alto que difícilmente podrán superarla en un futuro, al menos siguiendo con el mismo sistema de suspensión. Presentada hace unas semanas en el Valle de Tarentaise y coincidiendo con la final de la Copa del Mundo de XC y DH en la estación alpina de Méribel, tuvimos la ocasión de desplazarnos hasta allí para probarla de primera mano. Como nos gusta rizar los rizos y una ocasión así lo merece, démosle una vuelta más a la historia y comencemos por el final, las sensaciones que nos transmitió la nueva Orbea Oiz.
El escenario, de película (de mtb está claro). Los Alpes son un lugar idílico para la practica del mountain bike en los meses de verano, y cada estación o valle cuenta con una red de senderos señalizados por donde disfrutar de nuestra bici, utilicemos o no los remontes mecánicos. Si el tiempo acompaña, como fue la ocasión, el disfrute será el doble. El sol lució durante gran parte del viaje con temperaturas suaves. Los chicos de Orbea tenían todo muy bien organizado y la nueva Oiz lista a falta de los toques personales de cada probador: colocar un poco las manetas, altura del sillín, presiones y listo. El primer contacto con la Oiz fue amigable. Nos sentimos con una postura centrada, en un cuadro cómodo con una longitud sin exageraciones aunque con una potencia algo larga para nuestro gusto. Simon André, corredor del equipo Orbea de Enduro, tenía preparados dos circuitos cortos de unos 3km cada uno para el primer día, donde podríamos dar bastantes vueltas y empezar a familiarizarnos con la Oiz.
El primer circuito de pistas y con algunas zonas reviradas al final nos supo a poco. Un bucle consistente en una subida tendida por prados y caminos anchos, y una zona de bajada rápida similar sin mucha dificultad técnica, hasta llegar a unos giros cerrados con raíces y rocas donde no pudimos más que familiarizarnos con la nueva geometría de la Oiz. Montada con suspensiones FOX y el sistema CTD (con mando remoto en el manillar donde poder optar por sus tres posiciones: C/Climb/Subida, T/Trail/Pedaleo, D/Descend/Bajada), optamos por usar la posición intermedia «Trail» en todo el circuito. En las subidas, pedaleando tanto de pie como sentado con plato pequeño, el vaivén de la suspensión trasera era inapreciable, podríamos decir que no existía vaivén alguno. Rodábamos con una Oiz Team con rueda de 29″ en talla M con doble plato Shimano XTR.
La nueva Oiz cuenta con un Antisquat de casi el 100% según el desarrollo y la medida de rueda usados (para saber más sobre el antisquat puedes pinchar aquí), algo en lo que Orbea ha trabajado duro para conseguir que la eficiencia de pedaleo sea la máxima posible en todo momento, para ello, la posición del ciclista es muy importante, y el software Advanced Dynamics con el que Orbea testea virtualmente todas sus bicis de doble suspensión se encarga de analizar todas las variantes posibles, desde la altura, peso, forma de montar, etc del ciclista, hasta el tuneo de las suspensiones, los componentes usados, las presiones de las ruedas, etc… Todo un avance tecnológico.
Estamos ante una bici que pide velocidad, ligera, ágil, que desea que apretemos los pedales con fuerza una y otra vez, aunque para ello tuvimos que esperar un poco…
En Orbea creen firmemente en las ruedas grandes, pero con argumentos de peso, o mejor dicho, de talla. La Oiz 2015 está disponible en dos medidas de rueda, 27,5″ y 29″. En talla S, M y L con ruedas de 27,5″ y en talla M, L y XL con ruedas de 29″. Si nuestra talla es la M o L, las más comunes, encontraremos la posibilidad de elegir entre las dos medidas de rueda. Un punto a favor de la nueva Oiz y que ya vimos en la presentación de la Alma, dándonos la oportunidad de elegir el tipo de diámetro de rueda y no obligándonos a un solo tamaño. En Orbea lo han bautizado como Big Wheels Concept.
Ya en el segundo circuito marcado para probar la Oiz, pudimos exigirla un poco más. Este consistía en una pequeña subida por pista donde forzar la máquina a tope para adentrarnos en un estrecho sendero con continuos sube y baja repleto de raíces, rocas y algún tramo complicado donde más de uno besó el suelo o echó pie a tierra para no hacerlo. Aquí pusimos pudimos poner a prueba las suspensiones FOX, especialmente configuradas para la Oiz, así como la transmisión XTR y los dos diámetros de rueda. Con el dial del amortiguador FOX en posición abierto (Descend), las suspensiones de la Oiz cobran vida, pero con una particularidad. Como en cada presentación de producto, antes de poder probarlo, asistimos a la charla que en este caso, los ingenieros de Orbea nos ofrecieron contándonos todos los secretos de la nueva bici…
El nuevo cuadro construido íntegramente en carbono, bieleta incluida, opta por la flexión de los tirantes para eliminar el punto de giro del basculante en la zona del eje de la rueda trasera. Para ello, el buen uso de las fibras del carbono al que nos tienen acostumbrados en Orbea, consigue que los tirantes flexen únicamente hacia arriba y abajo unos 7mm, pero conservando la rigidez lateral. Esta tecnología heredada del uso del carbono en la Formula 1 (que ya utilizaron en la primera versión de la Oiz cuando el carbono flexaba en la zona del pedalier), Orbea la denomina UFO (U-Flexion Orbea).
La capacidad del carbono de «flexar» para actuar como si de un pivote de giro del conjunto de la suspensión trasera se tratase, sumado a la configuración del amortiguador FOX y a la rediseñada geometría hacen que el funcionamiento de la suspensión trasera sea totalmente «regresivo» y permitiendo ajustar el SAG incluso por debajo del 15%.
Todo esto traducido al lenguaje no técnico, se traduce en un aprovechamiento total de los 95mm de recorrido trasero con la particularidad de permanecer bastante firmes en su recorrido inicial para así optimizar nuestro pedaleo evitando que la suspensión interfiera en el mismo.
El cuadro se basa en tres piezas de carbono monocasco, triangulo delantero, triangulo trasero y la bieleta, construida íntegramente en carbono pero con una particularidad, llamada «Tensegrity». A simple vista puede resultar un tanto «feo» el sistema, pero los datos son los que mandan. A semejanza de un radio, la unión de la bieleta con los tirantes cuenta con una unión interna que permite regular las fuerzas laterales para que la bieleta permanezca siempre «indeformable», y la rigidez sea la máxima.
Sin este pequeño invento de Orbea, la rigidez lateral de la bieleta y de la Oiz no seria lo misma. Además de ser funcional, es tan minimalista como un simple radio, aunque no lo es en realidad, se trata de una varilla de acero roscada que tan solo aumenta en 4 gramos el peso de la bieleta, pero que realiza una gran función. Construyendo la bieleta en carbono se aligeran en torno a 40 gramos con respecto a la de aluminio.
La geometría de la Oiz 2015 está claramente pensada para sacar el máximo provecho de nuestras pedaladas. Esta se asemeja bastante al de la Orbea Alma, y sobre el terreno se deja notar.
En el segundo día de test pudimos salir de los circuitos marcados y salir de ruta como dios manda. Es aquí donde conseguimos poner al límite a la Oiz. De nuevo con nuestro guía Simon André, subimos hasta lo más alto de Meríbel (en telesilla, todo hay que decirlo) para adentrarnos en las montañas alpinas y saltar de valle en valle recorriendo una serie de senderos con tendencia a bajar, pero con bastantes zonas de pedaleo y subidas. La Oiz se desenvuelve bastante bien, sintiéndola ágil, incluso con la versión en 29″ y talla M.
El tacto de la suspensión trasera es tal cual nos describieron sus ingenieros en la charla inicial. De tacto suave, pues siempre permanece activa, pero bastante firme en su parte inicial, y con la configuración del amortiguador FOX para que los topes no lleguen a aparecer. La absorción con el dial abierto (modo Descend) es muy buena, sobre todo en paso por curva, la rigidez lateral del carbono se acentúa.
Pedaleando con fuerza por terreno sube y baja, donde pisando con fuerza podemos mantener la misma velocidad en todo momento, también notamos la rigidez, tanto en el tren delantero como en la caja de pedalier. Decir que si optamos por bloquear las suspensiones (modo Climb), estas se endurecen por completo, dejando la bici totalmente «rígida». La verdad, no usamos este modo más que en alguna subida por carretera.
Como comenzábamos en el artículo, la posición sobre la bici está muy conseguida, manteniéndonos centrados y ganando en estabilidad y confort. El ángulo de dirección es un poco más abierto que en la Alma, dejándolo en 70º, y se han conseguido unas vainas bastante cortas para ser una doble suspensión, de tan solo 425mm para la 27,5″ y de 440mm para el cuadro de 29″.
El «reach» o distancia horizontal desde el centro del eje de pedalier hasta lo alto del centro de la pipa de dirección se ha aumentado (es además idéntico tanto en 27 como en 29″), al igual que la distancia entre ejes. Más comodidad, una posición centrada a la vez que «racing», mayor absorción y tracción, y manejabilidad conseguida.
Como en la gran mayoría de bicis de Orbea, la nueva Oiz hereda muchas de las tecnologías de sus hermanas, como son el guiado de cables DCR que reduce la fricción de los cables, además de salvar unos gramos y alargar la vida útil de los mismo. Pipa dirección «tapered», pedalier «press fit», anclaje de desviador directo y preparada 100% para la nueva era de cambios electrónicos, con el XTR Di2 a la cabeza. El único cableado externo es el del freno trasero.
Con doce modelos diferentes, seis con rueda de 27,5″ y otros seis en 29″, y precios que oscilan entre los 2700 y los 8000 euros, todos ellos con cuadro en carbono monocasco en dos versiones, Race y Performance (según las fibras de carbono usadas), pero con las mismas tecnologías y garantía de por vida, además de poder personalizar muchos de los componentes a través de la tienda online de Orbea, no cabe duda de que veremos muchas Oiz en nuestro camino, y sobre todo, en las competiciones de todo el mundo.
Una bici pensada para conseguir la máxima eficiencia en la montaña, ya sea en competición o midiendo nuestros propios límites, con la más alta tecnología aplicada al ciclismo y que antes de llegar a las tiendas, ya ha subido a lo más alto del podio consiguiendo un Campeonato del Mundo… puede ser una gran bici.
Ver todos los modelos de la nueva Oiz 2015 desde aquí: http://www.orbea.com/es-es/sites/oiz-2015
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