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¿Porqué hay ciclistas que están en contra de los carriles bici?

Las personas cada vez necesitan más espacio en las ciudades. La población no deja de crecer y el ritmo actual de uso del coche privado es insostenible, incluso el eléctrico.

En España, cuando se habla de carriles bici urbanos o de ciudad, a todos nos vienen a la cabeza las chapuzas realizadas durante años en la gran mayoría de Comunidades Autónomas y sus ayuntamientos, que poco tienen que ver con un carril para desplazarse en bicicleta, y sí mucho en una propaganda, que en la mayoría de los casos, solo para cobrar suculentas subvenciones provenientes de Europa.

Pintar de rojo o verde sobre la acera o la calzada, nada tiene que ver con crear un carril bici para desplazarse de forma segura por la ciudad.

Pintar moñigotes en bici sobre el asfalto tampoco tiene que ver con una vía ciclista, ni aunque la limites (supuestamente) a 30 km/h para los coches. Siempre habrá coches y motos en ella y será peor el remedio que la enfermedad.

No te engañes, y sobre todo, que no te engañen.

Un carril bici es una vía creada por y para las bicicletas, y donde estas son las protagonistas y siempre deben serlo al 100%.

Han de ser seguros y conectar las principales zonas de la ciudad, como pueden ser centros de salud, centros comerciales, polideportivos, escuelas, polígonos y zonas de oficinas, tiendas, etc.

De nada sirve un carril bici que va del punto A hasta el B, y en ninguno de los dos extremos o entre medias hay «nada».

Para que un carril bici urbano sea seguro, lo primero es que sea segregado, es decir, que esté separado del tráfico motorizado de una forma u otra.

Circular entre coches en ciudad es jugarte la vida

Circular entre coches no es seguro por mucho que te digan que se puede hacer, y siendo sinceros, es jugarte la vida a una lotería mientras te van matando lentamente con el aire que te obligan a respirar.

No es lo mismo tener un coche a un metro delante, atrás, a izquierda y derecha, y quien dice uno dice cientos, que tenerlo a varios metros separados, al menos lateralmente.

Si has ido en bicicleta detrás de un coche o un autobús y te gusta lo que respiras, eso ya es otro tipo de problema al que no le podemos dar solución.

Tampoco es sano psicológicamente hablando. No todo el mundo tiene la misma paciencia de aguantar a conductores maleducados y poco cívicos en cada esquina.

Lo segundo es, que debe estar pensado por y para los ciclistas.

En un carril bici cualquier ciclista es bienvenido, desde niños, a mayores, pasando por profesionales de la bici, repartidores y toda la fauna ciclista actual. Pero como cualquier vía pública en esta vida, tiene una serie de normas que cumplir.

Esto quiere decir que si lo tuyo es entrenar o ir a tope en la bici, no puedes ir haciendo series a 40 km/h cuando otros van a 20, o saltarte semáforos, stop y otro tipo de señales solo por que te «cortan el ritmo».

Segregar es bueno, pero hay que hacerlo bien

Aún así, volviendo al hilo del tema, pocos son los carriles bici urbanos actuales en España que están diseñados por y para los ciclistas.

La mayoría están diseñados en los huecos libres que les han dejado entre paradas de autobuses, taxis y los coches aparcados, o a escasos metros de puertas y comercios, e incluso por las mismas aceras entre los peatones.

A nadie le gusta ir por estos carriles bici, es lógico, son peligrosos, son más lentos que ir por la calzada, no permiten adelantamientos, y un sin fin de problemas.

«El problema no es que los carriles bici no sirvan, el problema es que esos carriles bici están mal diseñados»

Si tu experiencia al ir por un carril bici urbano no es satisfactoria por que está plagado de peatones, gente paseando al perro, lleno de cruces y escalones alternando zonas de asfalto con aceras, alcantarillas o cualquier otra cosa que sencillamente es peligrosa, el problema no es que los carriles bici no sirvan, el problema es que esos carriles bici están mal diseñados.

Por otro lado, a no ser que se muevan edificios enteros, se tapen entradas de parkin, desaparezcan paradas de autobuses o se cierre por completo al tráfico motorizado, hay calles o carreteras donde es inviable hacer un carril bici, y quererlo hacer para hacerse la foto, sumar kilómetros de carriles bici del cupo y cobrar la subvención, es una insensatez, siendo el ejemplo claro de lo que sucede en España.

Este tipo de calles donde no son posibles los carriles bici son las que se deben pacificar, ya que no queda más remedio que ir por la calzada.

Los calzadistas y su odio al carril bici

Pero hay más aún.

Una cosa es que no te gusten los carriles bici por alguna de las razones mencionadas o alguna otra, pues hay muchas más aunque no quiero extenderme. Pero otra bien distinta es pensar que no son necesarios (los bien diseñados), por que tú puedes ir por la calzada.

Una persona que ya se mueve entre el tráfico y no tiene problemas aparentemente, pues como decimos en cada esquina tienes que andar con mil ojos y aún así te la juegas, ese ciclista lógicamente quiere seguir como hasta ahora, no le gusta que le digan «tú al carril bici, la carretera es para los coches».

No señores, la carretera tristemente seguirá siempre ahí (hasta que los coches vuelen), y quizás en vez de ir en contra de los carriles bici que otros sí necesitan y llevan muchos años luchando por ellos, podrían ir en contra de esa señal que obliga a ir por el carril bici.

Les queda la excusa de que los conductores no entienden que muchos carriles bici no son obligatorios. Ese problema es de quien debe educar a esos conductores y enseñarles la normativa de tráfico actual.

Aún así, estos ciclistas mal llamados calzadistas, cuando un carril bici está bien diseñado y les conviene en su ruta, son los primeros en utilizarlo. Ya sabemos que lo hacen con cara de asco como un niño cuando le obligan a comer brócoli, pero al final se lo tragan por que «es útil».

Lo de ir en contra es sencillamente por que piensan que los carriles bici son los que tenemos ahora en la gran mayoría de ciudades, y eso no son carriles bici, son propaganda política diseñada por alguien o con mucha cara dura o con muy poco sentido común.

Tristemente, salvo que existan movilizaciones conjuntan y con fuerza, seguiremos así muchos años, con la gran mayoría del espacio público ocupado por coches aparcados y el resto por coches en movimiento contaminando, atropellando y dando de comer a unos pocos.

No todo el mundo puede ir por la calzada o la carretera

Otra de las cosas que no parecen ver los calzadistas es que la jungla de cemento y asfalto no es apta para todo el mundo.

¿Qué se puede aprender a ir entre los coches?, sí, pero como he comentado, es una lotería, por no hablar de nuevo de los problemas de salud que genera a medio y largo plazo.

Pero una persona de cierta edad que quiera dejar el coche de lado y no se ha movido nunca en bici, o tiene mucho carácter, o dura una tarde circulando por una ciudad como Madrid o Barcelona entre el tráfico.

Que decir de un menor, el cual desaparece literalmente detrás del coche más bajito que te puedas imaginar. Si es peligroso para un adulto, imagina un niño que quiere ir al colegio en bicicleta a tan solo tres kilómetros de su casa. Sin un carril bici nunca lo haría, ni unos padres sensatos les dejaría ir ni tan si quiera acompañado.

El problema del espacio

Como he comentado, el espacio en las ciudades está ocupado por los coches aparcados en su gran mayoría, y el resto por los que están en circulación por el espacio destinado a estos menesteres, y el resto, una ínfima parte, aceras para peatones.

Hoy mismo salía una noticia de una capital española, y no es Madrid, donde el ayuntamiento había pintado un carril bici justo donde antes había plazas de aparcamientos en batería y en línea, para unos 100 coches más o menos.

Pues que los vecinos se han movilizado para que les devuelvan sus plazas de aparcamiento que llevaban toda la vida utilizando y ahora por le «maldito» carril bici no tendrán donde aparcar su coche.

Su propuesta, que el carril bici vaya por la acera ya que esta es suficientemente ancha. La pescadilla que se muerde la cola.

Todos saben que el problema principal de las ciudades son los coches, pero nadie quiere dejar el espacio que estos ocupan para que la ciudad mejore y la calidad de vida con ello.

Los coches no tienen la culpa de todo

Pero quizás el coche no tiene toda la culpa. Hay muchas más cosas que entran en la baraja, y la principal es que las personas no trabajan en un radio de 5 o 10 kilómetros de su domicilio, por lo que sin su coche, muchas están perdidas.

Y sí, podrían ir en transporte público, pero en un trayecto que en coche tardan 20 minutos y en autobús, tren o metro tardan más de una hora, pues ya sabes cual es la elección aunque sea más caro, contaminante y estresante…

Plantar un carril bici no soluciona estos problemas, pero si ayuda en gran medida a que poco a poco se vaya recuperando el espacio al coche y sea devuelto a las personas y los medios de transporte no contaminantes.

Supongo que alguna mente privilegiada y con dinero algún día sacará una aplicación móvil que toda persona en activo (edad para trabajar), deberá tener instalada en su teléfono móvil, y permita intercambiar trabajos del mismo puesto o similar, o casas de las mimas características, para que el domicilio y el trabajo de la mayoría de las personas se encuentre a menos de 5 kilómetros entre si.

Bastaría con dar tu dirección del trabajo, puesto y salario, y la dirección más o menos de tu domicilio, y la aplicación te mostraría otras personas en tu misma situación dispuestas a intercambiar uno u otro, con el fin de que el cambio permita a ambos tener el trabajo más cerca de casa.

Se de más de uno que le gustaría tener el trabajo cerca de casa para ir andando o en bicicleta aunque cobrase la mitad del sueldo teniendo que comerse atascos monumentales cada día.

Hay tantas cosas por hacer, tantas cosas por cambiar y tantas cosas que mejorar, que hasta que no se empiece por la más sencilla, la cosa solo podrá ir a peor.

Las ciudades actuales tienen los días contados.

pd. Si has leído hasta aquí, seguramente hayas visto alguna incongruencia e incluso alguna pequeña falta de ortografía. Tampoco soy perfecto. No volverá a ocurrir. (esto ya sabes que no es cierto…). ¡Ah, la foto! Me gustaba, ¿y a ti?. Un saldo para todos los «calzadistas», se os quiere.