Las bicicletas de carbono, esbeltas, rígidas como el hielo y ligeras como una pluma.
Para algunas modalidades como pueda ser el XC, refiriéndonos siempre a competición, cada gramo en la báscula cuenta.
Hace unos días veíamos la última creación de la marca de bicicletas Orbea, la Alma 2021, con un cuadro fabricado en fibra de carbono de tan solo 830 gramos, lo mismo que una pizza mediana del Telepizza.
Cuando las cosas se ponen cuesta arriba, no vamos a decir que 200 gramos se notan, pero un kilogramo o dos de más, si puede que nos lastren un poco más a la hora de pedalear cuando las cosas se ponen exigentes.
Esto traducido en competición, son segundos ganados o perdidos frente al crono.
Algunos profesionales del ciclismo prefieren las bicicletas más pesadas y con cuadro de aluminio
No todas las modalidades ciclistas son iguales, y también cada corredor es un mundo, pero hay muchos que a día de hoy prefieren una bicicleta más pesada que incluso una de serie, y tiene su lógica.
Cada nueva bicicleta que sale al mercado es un tanto por ciento más rígida que el anterior modelo, más ligera, y como no, más cara…
Estamos llegando a un punto, que mejorar las bicicletas actuales, es prácticamente imposible, al menos con los materiales actuales, y que son principalmente el carbono y el aluminio.
Pero en competiciones de Descenso, e incluso algunas de Enduro en bicicleta de montaña, muchos ciclistas profesionales de mountain bike prefieren competir con cuadros totalmente fabricados en aluminio, reforzados y con componentes fiables, frente a otros que sean más ligeros.
Un claro ejemplo de ello es el francés cuatro veces campeón del mundo de Descenso y ganador de la general de la última Copa del Mundo de DH, Loic Bruni, quien ha conseguido sus últimos grandes logros sobre una bicicleta con cuadro de aluminio, y para nada ligera.
En una entrevista realizada por MSC Tires al ex-corredor de Descenso David Vázquez, en la que se hablaba de los pesos mínimos de las bicicletas, este afirmaba que las bicicletas que él ha podido levantar personalmente en los podios de las Copas del Mundo de DH, donde ahora es comisario, estas pesan más de 20 kg.
¿Cuánto pesa una bicicleta de Descenso?
Hasta hace unos pocos años, prácticamente todas las bicicletas de descenso estaban fabricadas en aluminio, pero la llegada del boom del carbono, introdujo también este material poco a poco y con ello volvió la fiebre del peso.
Hemos visto bicicletas de descenso con cuadro de carbono, super-rígidas, que de serie bajaban de los 14kg.
La media se sitúa entre los 15 y los 16 kg de peso en la bicicleta completa.
La obsesión por el peso está presente en todas las modalidades de ciclismo, en unas afecta más, en otras menos, y en algunas incluso un menor peso afecta negativamente.
Pero si no vamos a competir, tener una bicicleta un kilogramo más pesada o más ligera no nos va a llevar a ninguna parte, y seguramente nos penalice en el confort, que a la larga se nota o en la durabilidad del material. Y estamos hablando de piezas que valen su peso en oro.
¿Entonces porqué utilizan bicicletas de aluminio de más de 20 kg en Descenso?
Hoy e día está ya todo prácticamente más que inventado y probado, pero cada pequeño cambio supone modificar muchas cosas en una bicicleta.
Con el aluminio es mucho más sencillo variar la longitud o la angulación de un tubo, o cualquier otra modificación que mediante el uso del carbono supondría un quebradero de cabeza muy costoso para el fabricante.
Tanto las marcas como los propios corredores, saben y conocen bien qué tipo de bicicleta, que tipo de componentes, de suspensiones, de presiones, de neumáticos, y un largo etcétera de variables, vienen mejor para según que tipo circuito.
Muchos de los diseños actuales de suspensiones para bicicletas de competición, están pensados no solo en absorber las irregularidades del terreno que el ciclista se pueda encontrar, también en mantener la inercia (el llamado «momentum») para que la velocidad no disminuya, incluso para que esta aumente aún más.
Y en este aspecto juegan un papel importante no solo los materiales, los sistemas de suspensión y las propias suspensiones, también el peso en conjunto de la bicicleta (peso bien repartido lógicamente).
Y aunque hay circuitos donde una bicicleta algo más ligera pueda venir bien, por norma general, las bicicletas de los «pros» no pesan 13 kg.
Se intenta que estas pesen algo más beneficiando en los puntos donde es necesario, como puedan ser las ruedas, con las espúmas o mousse protectoras, llantas indestructibles, o pedales y bielas que no se doblen en un salto de varios metros de altura y longitud.
¿Y porqué aluminio?
Pues aquí ya son varias las razones por las que un ciclista profesional de Downhill o Enduro pueda preferir el aluminio a el carbono.
Una de ellas es el mencionado peso, necesario en muchos circuitos para mantener las velocidades o evitar que la bicicleta se descontrole demasiado a altas velocidades.
Pero también está la rigidez. Una bicicleta muy rígida no solo es incómoda, sino que penaliza a la hora de maniobrar o tener mayor agarre al no absorber bien las vibraciones.
Como comentaba al comienzo, el peso y la rigidez se ha vuelto una obsesión por los fabricantes y algunos ciclistas, y cada año las bicis son un % más ligeras y además más rígidas.
Después está la fiabilidad del material en sí, aunque un cuadro de bicicleta en carbono a priori es mucho más resistente que uno de aluminio, en Enduro por ejemplo, una mala caída o un fuerte impacto de una roca a las velocidades que se mueven estos ciclistas en competición, puede terminar con el cuadro en dos piezas o astillado, mientras que con el aluminio seguramente se abolle o se doble, pudiendo al menos terminar el tramo y seguramente la competición.
En descenso ocurre algo similar, aunque aquí una caída o cualquier percance supone perder por completo el tren de carrera.
Pero un cuadro, un manillar, unas ruedas de carbono demasiado rígidas penalizan mucho, sobre todo a altas velocidades.
Se han visto incluso en ocasiones, ruedas de descenso con aros de carbono con los radios mucho menos tensos de los que los llevaríamos cualquiera de los mortales, ya que en determinados circuitos, que la rueda ceda algo más de la cuenta, beneficia a la hora de restar décimas al crono.
Hoy en día, muchos ciclistas profesionales buscan un equilibrio que les permita ir rápidos, no perder velocidad (momentum) y sobre todo, que el material aguante el trato que le dan, pues es mucho mejor hacer 7 «top ten» en la copa del mundo, que ganar una prueba y no poder terminar las otras 6.