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¿Por qué no debes montar en bicicleta pegado a los coches aparcados?

Si no llega a ser por los reflejos del conductor que circulaba detrás del ciclista, este seguramente no lo hubiese podido contar tras chocar con la puerta de un coche aparcado.

Las puertas de los coches son las causantes de innumerables accidentes en todas las ciudades del mundo, muchos de ellos con ciclistas como los más perjudicados.

Algunas normas de tráfico de muchas de estas ciudades obligan a los ciclistas a circular lo más pegados a la derecha posible para facilitar los adelantamientos de los ciclistas.

Esta normativa, además de peligrosa, va en contra del propio ciclista, tanto en su derecho a desplazarse como un vehículo más por las calles y carreteras urbanas como en contra su integridad física.

¿Qué es el «dooring»?

El famoso «dooring» es el causante de infinitos accidentes cada día.

El problema principal podemos decir que es que existen pocos conductores y acompañantes que miran por el espejo retrovisor o por encima de su hombro antes de abrir las puertas de sus automóviles.

Existe una técnica holandesa que consiste en acostumbrarse a abrir la puerta con la mano derecha, la más lejana a la puerta si vas conduciendo.

Pero además de ser poco eficaz, pues se puede realizar la maniobra sin girar la cabeza o sin mirar a la propia puerta, si los conductores no se preocupan de mirar cuando abren la puerta estando fuera del coche pocos se van a preocupar de abrir la puerta con la mano contraria estando dentro (si es que alguno se acuerda).

Así que lo mejor querido ciclista, aunque te piten y acosen por detrás o exista una cola interminable de coches, es circular separado al menos metro y medio de los coches aparcados, incluso si están aparcados en batería, pues alguno puede mover el coche sin mirar o sin verte.

En el siguiente vídeo, además del accidente del ciclista con una puerta de un coche que se abre repentinamente, si el coche que circula tras él no hubiese estado separado del ciclista y atento, la cosa habría terminado en tragedia.

Suerte de reflejos.

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