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Para fomentar el uso de la bicicleta no todo vale

Foto: Javier Sánchez Martos

Los carriles bicis han tomado un protagonismo especial en las pasadas elecciones municipales, todo partido político que se preciase debía de incluir algo al respecto ya fuese positivo o negativo. La realidad es que el tema de la movilidad sostenible ha tomado un papel relevante en la configuración de las actuales urbes.

Unos están a favor del carril bici segregado, otros prefieren la convivencia entre vehículos a motor y bicicletas e incluso otros prefieren ir contracorriente y devolver al coche su espacio perdido.

El problema viene cuando se quiere agradar a todo el mundo y se hacen las cosas de cualquier forma, para que parezca un carril bici aunque no termine de serlo.

Cuando un técnico bajo petición del político de turno, se pone a manos a la obra para diseñar una infraestructura ciclista lo primero que debería de hacer es asesorarse, no todo vale.

Cuando miramos con envidia a países como Holanda o Dinamarca deberíamos reflexionar de como han llegado a integrar a la bicicleta como un vehículo más de pleno derecho dentro y fuera de las ciudades.

Esta conquista no viene de la nada, ha hecho falta años de lucha y gente valiente que ha tomado decisiones pese a que escuezan a muchos y aún así han seguido hacía delante por el bien común.

Un carril bici lo primero que debe de dar es seguridad a sus usuarios, es decir que puedas por ejemplo ir con tus hijos sin pensar que en cualquier momento un coche se los puede llevar por delante, esa es la forma de que la gente se anime de forma masiva a usar la bicicleta.

Un carril bici de doble sentido, sin una pintura que le haga resaltar, que además queda separado de la carretera por unos simples trozos de goma colocados cada dos metros, no es que aporte mucha seguridad a los ciclistas, pero además si está compartido con peatones, el lío ya lo tienes asegurado.

No dudamos que la intención haya sido buena, pero el resultado aparentemente no lo es, a veces nos complicamos la vida y simplemente con haber dejado dos buenos arcenes a cada lado de la carretera el resultado hubiese sido mejor y más barato para la ciudadanía.

El carril bici del que estamos hablando se encuentra la localidad madrileña de Soto del Real y se integró dentro de la mejora de la carretera del camino del Valle aprobado por junta extraordinaria el pasado mes de noviembre.

El coste aproximado ha sido de 188.000 euros, además el proyecto del carril bici lleva una subvención de 25.000€ por parte de Parques Nacionales, conseguido «gracias a la calidad del proyecto presentado»