Entrenar, pasear, trabajar, divertirse, competir, e incluso viajar o hacer turismo, es posible hacerlo pedaleando sobre una bicicleta.
La gran mayoría de veces utilizamos la bici por pasión, como afición, y en otras ocasiones no nos queda más remedio que hacerlo por obligación, sea la razón que sea.
Existen incluso los ciclistas a los que le gusta sufrir dando pedales, salen incluso de noche tras más de 10 horas trabajando y realizando las tareas domésticas.
Con 40º C a la sombra son pocos los que se atreven a salir a montar en bici (no es muy recomendable por los posibles golpes de calor).
Y con el frío, no todos lo aguantamos igual, pero hay quien disfruta incluso yendo a la nieve en bici, lloviendo o con -5º C y viento gelido.
Hay ciclistas que no van de vacaciones si no pueden llevarse su bicicleta
Conozco varios casos de amigos y compañeros de grupeta, quienes llevan varios años sin salir de España o irse de vacaciones, porque no podían llevarse su bicicleta de viaje.
He visto casos donde el ciclista de la familia, al no poder llevar la bicicleta al lugar de descanso de verano, se las ingeniaba para escaparse cada dos días cientos de kilómetros para salir a rodar un par de horas o tres y regresar.
También otro donde no han querido coger una avión no por el miedo a volar, sino por el miedo a que la aerolínea les perdiese su querida bicicleta, o incluso peor, la hiciesen daño.
No es la primera vez que aún estando en una caja o maleta específica para bicicletas, esta apareció en la cinta con el cuadro fisurado o cosas peores.
Muchos ciclistas somos así de especiales
Ya si tenemos que ir en bicicleta a realizar cualquier recado, y no somos de los que tenemos una bicicleta urbana específica para movernos por la ciudad, por ninguna razón del mundo, dejaríamos candada nuestra bicicleta en la calle.
Y como no, los hay quienes solo viajan o se van de vacaciones a destinos donde pueden salir a montar en bici todos los días.
Si un ciclista no puede viajar si no lleva su bici consigo, mucho menos la iba a dejar candada a su suerte en la vía pública, ni tan si quiera dos minutos.
No sin mi bici. ¿Conoces a algún ciclista a quien le ocurre esto?