Hace unos días publicábamos con sorpresa, que el gobierno de España estaba estudiando la propuesta presentada por el presidente de Faconauto Gerardo Pérez, en la que se pedían nada más y nada menos que 400 millones de euros en ayudas al sector automovilístico.
La petición se extendía hasta Bruselas, donde también se exigía el poder quitar las limitaciones de emisiones de CO2 a los vehículos más contaminantes, y que los fabricante de coches debían respetar si no querían ser multados.
Las ayudas pedidas iban enfocadas básicamente a promover la venta de los más de 200.000 coches que las marcas tienen aparcados en campas sin vender, la mayoría diésel y gasolina. Pocos eléctricos…
Más de 800 millones de ayudas para vender más coches
Hoy sale a la luz una nueva noticia, en la que tras la reunión realizada esta misma semana por las diferentes partes implicadas y el ministerio de Industria, se ha llegado a un acuerdo en que las ayudas que inicialmente pedía Faconauto, pasan de los 400 a los 800 millones de euros.
Y es que a la fuerza de las marcas de automoción, se les ha unido otro compinche que también quiere dinerito gratis, Repsol.
A este no le vale solo con que se fomente la compra de coches diesel o gasolina en pleno año 2020 y puedan seguir comprando y vendiendo petroleo, sino que además, él también quiere ayudas, no sea que sus directivos no puedan pagar la letra de la mansión en los próximos meses.
Y como es costumbre, antes de que nadie diga nada, ya se han dedicado a enviar notas de prensa y pedir entrevistas en los medios, para así enarbolar la buena causa a la que van a ir destinados esos 800 millones de euritos.
«El objetivo es contribuir a la renovación del parque móvil español, mejorar su eficiencia energética y favorecer la recuperación del sector de la automoción, golpeado durante la crisis»
Y es que todos lo sabemos, los españoles necesitamos un coche nuevo, el nuestro ya no vale.
¿Cuantos millones se han dedicado a la bicicleta?
Pues por el momento 0. Mientras, París, solo una ciudad, va a invertir 300 millones de euros en crear carriles bici, ensanchar aceras y fomentar el uso de la bicicleta durante el desconfinamiento.
En plena crisis sanitaria, ecológica y mundial, el gobierno de España sigue apostando por el colegueo a base de presiones de los grandes empresarios, en este caso del sector del automóvil y de las petroleras como Repsol.
Que los coches eléctricos están bien, pues claro, pero en las ciudades de España sobran coches, no hacen falta más.
Pero es que la guasa es que ese dinero no va dedicado a que un coche eléctrico cueste 15.000€ en vez de 35.000, va destinado a vender coches diésel y gasolina en su mayor parte, para que la rueda de los billetes no pare de girar.
La mayoría de ciudadanos, casi todos con coche propio, y muchos más de uno, están de acuerdo en que no podemos seguir por ese camino, ya no solo por el planeta, si no por nuestra propia salud.
Y está muy bien sustituir el coche antiguo por uno que contamina menos, más moderno y seguro, pero por cada uno que se sustituye, es para fabricar otros tantos más y no para la rueda nunca.
Al final las emisiones que se producen incluso al fabricar los eléctricos, son mucho mayores que si estiramos la vida de nuestro actual parque automovilístico.
Más que demostrado ha quedado que el coche dentro de la ciudad es totalmente innecesario, incluido el eléctrico, y lo único que provoca son muertes, por contaminación y por accidente.
Esto no quiere decir que no se pueda utilizar, pero si se debería limitar su uso, así como el gran espacio que ocupa.
No es una idea loca, se lleva realizando desde hace décadas en muchas ciudades de Europa, donde se ha apostado por el bienestar de sus ciudadanos, y no por los bolsillos de tres o cuatro a costa de la salud de todos.
Ni millones para ensanchar aceras, ni millones para carriles bici, ni millones para fomentar el uso de la bicicleta de los trabajadores, ni millones en ayuda para la compra de bicicletas, ni un solo euro, solo una «recomendación a los ayuntamientos».
Y es que en realidad ni si quiera hacen falta millones para hacer el cambio a unas ciudades mas saludables y amigables, basta querer hacerlo.
Por si llegase a manos de «alguien» y pese a que lo habremos repetido en decenas de artículos, estas son algunas sencillas acciones que facilitarían mucho las cosas:
- Campañas de concienciación (los anuncios de coches lo hacen tan bien…).
- Quitar espacio al coche y dárselo a los peatones y ciclistas. Basta poner unos conos, señales, cintas, cortar calles, algo…
- Crear parking vigilados en las estaciones de transporte publico. Toda estación de metro, tren e incluso autobús tiene dentro suficiente espacio para crearlos.
- Obligar a las empresas a que dejen guardar en algún lugar seguro las bicicletas de sus empleados.
- Hoteles: Cada 10 habitaciones, 1 bicicleta de alquiler para sus clientes, además del parking para quien use su propia bici.
- Crear carriles bici en condiciones, diseñados con sentido común.
- Y un largo etcétera de acciones que no se están haciendo.
Como comprobarás, no se piden 800 millones, y mucho menos para sacar beneficio económico como estas empresas.
Lo que se pide es poder vivir en lugares que no estén pensados principalmente para los coches.
Como siempre el dinero manda, aunque el gasto en accidentes, enfermos crónicos y multas por los altos niveles de contaminación sean infinitamente mayores que esos 800.000.000.
Seguimos anclados en el pasado, y aquel que mira al futuro se le tilda de loco, por que ellos necesitan dinero, y lo quieren ya.