El primer monumento del año no ha defraudado. Aunque con un enlace previsto al sprint no ha estado exenta de emoción. La meta de San Remo ha visto como un reducido grupo de unas 20 unidades se jugaba la victoria al sprint, tras más de 290 kilómetros rapidísimos en duras condiciones debido a la meteorología. El noruego Alexander Kristoff (Katusha) se alzaba con la victoria al sprint mostrando ser el más fuerte. En el podio le acompañaban un resignado Cancellara (Trek) con su segunda posición y el joven británico Ben Swift (Sky). El joven sprinter de Movistar Juanjo Lobato acababa en una excelente cuarta posición. La imagen de Kristoff contrastaba con el gesto de rabia de la segunda posición del suizo, con un cuarto podio consecutivo en esta carrera.
Nadie le nombraba entre los favoritos, pero el noruego Kristoff se ha llevado el gato al agua (nunca mejor dicho) en esta edición de la Milán-San Remo. De nuevo un corredor que no entraba en las quinielas iniciales como ocurriera en ediciones anteriores con los Ciolek, Goss o Gerrans, ha mostrado que esta es siempre una carrera impredecible. También ha demostrado que el devenir de la carrera se centra en su recta final, concretamente desde la ascensión a Cipressa hasta la meta en San Remo. Quizá sin la supresión de Le Manie y sobre todo de la Pompeiana hubiéramos visto una carrera diferente. Pero esta Milán-San Remo se ha vuelto a jugar de nuevo en su recta final. Con Cipressa y Poggio como testigos de excepción.
El día amanecía frío y con lluvia, los corredores incluso se han enfrentado a temperaturas muy bajas, lluvia y granizo. Siete corredores conformaban la escapada del día en la que llegaron a mantener una diferencia superior a los 10 minutos respecto al grupo principal. Diferencia controlada por parte del pelotón y que se veía reducida paulatinamente durante los últimos 80 kilómetros. Con un Cannondale tomando la voz en el pelotón el grupo principal donde también colaboraban el Giant-Shimano y Trek Factory Racing cada uno trataba de jugar sus bazas de cara al final. No olvidemos que los casi 300 kilómetros de la prueba y las duras condiciones de la prueba dejaban abiertas las posibilidades a un esperado final al sprint.
A medida que los kilómetros transcurrían la fuga iba perdiendo integrantes. Así en la ascensión a Capo Berta solo quedaban por delante Tjallingii el holandés de Belkin que demostraba ser el más fuerte de la fuga y De Maar (UHC). En el grupo principal el Katusha tomaba el mando y reducía la diferencia. Así al pie de Cipressa los fugados contaban con dos minutos de ventaja sobre el pelotón. En este punto Alessandro de Marchi (Cannondale) tensa el ritmo endureciendo la carrera con el fin de eliminar corredores. El grupo se estira y es en esta ascensión donde se produce uno de los momentos más interesantes de la carrera. El italiano de Astana, Nibali lanza un ataque que le permite aventajar al grupo de favoritos (unas 40 unidades) y se acerca a los dos escapados que rodaban por delante. En un excelente movimiento Nibali corona Cipressa con 25 segundos de ventaja. En el delicado descenso con curvas de 180 grados y el piso mojado Nibali caza y adelanta a Tjallingii y de Maar como un obús y se lanza en solitario en busca de la proeza. El tiburón vuela y consigue aumentar su ventaja a 50 segundos sobre el grupo perseguidor donde se encuentran casi todos los favoritos (Cavendish, Sagan, Cancellara, Greipel, Degenkolb, Gilbert…).
A medida que se va aproximando a la cota final de la carrera el Poggio, Nibali va perdiendo la ventaja y es en su ascenso donde es absorbido por el grupo. En el ascenso al Poggio excelente el trabajo de Lotto que tensa la carrera dejando ver a un Greipel muy fuerte en su ascenso. Grégory Rast intenta marcharse en solitario adquiriendo ventaja durante unos metros, a su ataque responde un fuerte Enrico Battaglin (Bardiani) y ruedan juntos hasta que un ataque de Gilbert (BMC) hace que el grupo absorba a los dos de cabeza. El fuerte ritmo hace que el grupo inicial de unos 40 corredores se vea reducido prácticamente a la mitad. El complicado descenso del Poggio con piso mojado se sucede de manera rápida pero no resulta selectivo pese a algún intento como el de Van Avermaet (BMC).
La carrera se iba a jugar en los tres rapidísimos kilómetros finales con terreno favorable. Greipel se situaba a cola de este grupo y se descartaban sus opciones a la victoria final. Tras el último giro con Van Avermaet en cabeza y Gilbert entrando por la izquierda se lanza el sprint en el que claramente gana Alexander Kristoff, acompañado por Fabian Cancellara y Ben Swift. Juanjo Lobato se veía encerrado entre Cavendish, Cancellara y Swift. Una lástima porque en sus piernas tenía al menos una plaza en el podio de esta Milán-San Remo.
El primer monumento del año, una carrera que no ha defraudado y que ha vuelto a mostrar que a la hora de designar favoritos no es fácil acertar las quinielas. Hemos de destacar la valentía de Vincenzo Nibali, que ha brindado un espectáculo con ese ciclismo de ataque que tanto le caracteriza.
La próxima temporada esperamos que la climatología sea más favorable y podamos contar con las ascensiones a Le Manie y la Pompeiana, a buen seguro que veremos otra carrera. El primer monumento de esta temporada ya es historia, aún nos esperan cuatro por venir.
