Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Madrid en busca de los ciclistas que circulan por la acera, pero las motos siguen teniendo libertad total

Turistas en bicicleta eléctrica pedaleando mientras cruzan por un paso de peatones en una céntrica calle de Madrid.

Sí, una cosa es circular en bici por las aceras, o montar en bicicleta, da igual como lo quieras llamar, y otra bien distinta es aparcar la motocicleta en la dicha acera.

Desde primeros de mes, el Ayuntamiento de Madrid ha dado orden de busca y captura de los ciclistas que no cumplen con la normativa actual. No es la primera vez, la última fue en el mes de marzo de 2021.

Esta prohíbe, salvo señalización expresa, que las bicicletas circulen por aceras y zonas peatonales.

Madrid en vez de potenciar el uso de la bicicleta, intenta destruirlo

Paralelamente, existe otra normativa, la cual no se ha controlado nunca, salvo casos extremos, que impide a las motocicletas aparcar fuera del asfalto.

Encontrar aparcamiento en Madrid, hasta la llegada de los famosos parquímetros, era bastante complicado. Podías tirarte más de media hora en el mejor de los casos, dando vueltas para encontrar un mal hueco, en el que seguramente meterías tu coche con calzador y dando algún que otro «beso» al vecino.

Pero volvamos al jamón. La orden es clara y expresa, patinete o bicicleta que circule por la acera o por donde no deba, advertencia, y si se puede, multa. 200 euros dicen.

Y está bien, pero claro, ahora viene lo gracioso, que es perseguir a los ciclistas y patinetes, los que se debería de apoyar, ayudar y enseñar desde pequeñitos a circular correctamente.

Lo cierto es que son muchos los que no respetan ni semáforos, ni zonas peatonales ni señal alguna, es más, esto seguro que la gran mayoría, no es que no sepan que significan muchas señales, es que ni si quiera se dan cuenta de que están ahí por algo y para ellos también.

¿Para cuándo una campaña de control de velocidad en Calles 30 o de motos en las aceras?

El tema de los Agentes de Movilidad y Policía Local, es que son unos mandados, y ahora les toca perseguir ciclistas y patinadores.

Y es algo que parece estar en la propia sangre, pues ya vimos durante el primer confinamiento, como se controlaba y perseguía al 100% de las personas que iban al trabajo de los servicios básicos en bicicleta, intentando descartar el transporte público.

Y no es exageración, en una misma calle pasaban 100 coches, 50 motocicletas y 10 bicicletas en una hora, y solo se paraba a los ciclistas para interrogarles.

Podríamos decir que se trata de una costumbre que gusta, la de perseguir ciclistas, mientras en la acera de enfrente hay 15 motocicletas aparcadas en la acera.

Como algunos dicen, esas motos no han llegado ahí solas, y rara vez se ve un motorista empujar la moto para llegar al asfalto o viceversa.

Si hablamos de coches y cualquiera de los timo carriles 30 de la capital, no exageramos al decir que el 95% de lo conductores no respeta dicha velocidad, y la gran mayoría, si se encuentra un ciclista a 15 km/h por dicho carril, intenta sobrepasarle aunque ponga en riesgo su vida.

Madrid es una ciudad ideal para la bicicleta, pero hasta que no se eliminen aparcamientos, carriles compartidos y se cree una infraestructura ciclista (sí, carriles bici segregados), seguiremos igual que siempre.

Algunos piensan que con la llegada de los coches eléctricos los problemas del cambio climático, atascos, atropellos y contaminación desaparecerán por arte de magia. Pocos saben que es tan solo una estrategia más de hacernos seguir rodando en la ruleta del consumo desmedido unos 30 años más.

Madrid es un caos, y no precisamente por lo cuatro gatos que se mueven en bicicleta, la mayoría trabajadores de reparto de comida a domicilio (riders).

Hay que controlar todo, pero primeramente y principalmente lo que más daño hace, y esto no es precisamente una bicicleta por una acera.