Generalizar no es lo correcto, pues habrá quien disfrute el ir en bicicleta entre coches, con el ruido de los motores rugiendo, los pitidos, los acelerones y los gritos de algunos energúmenos.
También conocemos a varios que les encanta ir entre los coches, incluso detrás de ellos o que les adelanten rozando, mientras respiran el peor aire que un ser humano podría respirar en una ciudad.
Pero pese a esa sonrisa que se nos suele dibujar a todos cuando pedaleamos sobre una bicicleta, está la parte negativa, y que pocos reconocerán, que supone lidiar entre los coches a diario.
Y no lo decimos solo por terceros o por los vídeos que comparten cientos de ciclistas urbanos casi a diario en las redes sociales, a veces también lo vivimos en nuestras carnes.
Es imposible no cabrearte con tanto conductor imprudente en la carretera, y más difícil aún si te mueves por la ciudad en bicicleta
A nosotros no nos falla casi nunca. Es salir de casa o la oficina, y antes de un par de rotondas, ya nos hemos cruzado con uno o varios conductores imprudentes, que quieras o no, te ponen de muy mala ostia.
Lo que más suele crispar a un ciclista, no es solo que el conductor ponga en peligro su integridad con sus imprudencias, sino los que encima van de iluminados y tratan de hacerte ver que sobras en la carretera, e incluso te insultan.
El famoso odio al ciclista.
Bien por que desconocen por completo la normativa, o lo que es aún peor, la conocen pero se la saltan a la torera ya que nadie lo controla ni les retira el permiso de conducir unos cuantos años.
En esta vida todo suma, o mejor dicho, todo resta, y estar estresado y cabreado por «terceros», y más al montar en bicicleta, no es sano
Todo esto crea un malestar individual entre cada ciclista, que no solo es difícil de asimilar, también de olvidar.
No se trata de reivindicar carriles bici segregados y protegidos únicamente para que todo el mundo tenga opción a moverse en bicicleta sin tener que ir entre los coches.
La salud, tanto física como mental en este caso, también es muy importante.
Demostrado está que no es lo mismo ir entre los coches o detrás de ellos, que separados varios metros o con árboles, setos y otros elementos que los separe unos metros.
Sí, el aire de una gran ciudad es malo de por sí, pero es mucho peor cuando se tiene un tubo de escape continuamente en la boca acelerando.
El ruido también causa enfermedades, y como estar estresado y cabreado casi a diario, salvo que te de todo igual, no es lo más saludable.
Lo visual, también estresa. No es lo mismo ver niños jugando, gente practicando deporte o haciendo compras, o los árboles moverse con el viento que coches y motos a toda velocidad continuamente.
Te podíamos poner cientos de ejemplos que vemos a diario de ciclistas cabreados con conductores por sus acciones al volante, pero tampoco queremos cabrearte a ti también, ya que a veces ver estos vídeos también cabrea.