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Los buitres de Asia. Las grandes marcas de bicis aplastarán a las pequeñas

El chino de mi barrio. No busque cambios electrónicos ni aceites de cadena milagrosos. Son utensilios de cocina. ;-)

Año 2022:

– ¡Rick, tenemos un problema!

Dime Paco.

– Me comunican que no podrán hacernos mas cuadros de carbono hasta dentro de 18 meses mínimo.

¿Como? Pero si ya habíamos cerrado el acuerdo con la fabrica en Asia hace un mes y tenemos los pedidos cerrados con las tiendas hace meses.

– Ya, pero algo ha pasado, la fabrica no parece haber cerrado y la competencia ya tiene fecha de presentación de los nuevos modelos 2023.

¡Malditos buitres!

Volvemos a lo que queda de 2021:

Está pasando y por el momento, gracias a los suministros a cuenta gotas, parece que aún no se ha quedado nadie tirado por el camino, pero este es muy largo y sinuoso, y como ocurre al montar en bicicleta, solo los más fuertes podrán superarlo.

La industria de la bicicleta no está cambiando, bueno, algo si, pero es la demanda es la que ha aumentado en un momento en que la escasez de material se acentúa.

Hay boom de la bici, si. Se están aprovechando de ello, por su puesto. No hacerlo sería de tontos, y aquí hay pocos.

La ecuación es sencilla, y el que no la reconozca, o bien está metido en el ajo o es «demasiado liberal»

Pongamos que la marca de bicicletas «Guachimey« (nombre inventado), antes de la «pan de mía» (cosas de Google…), vendía 100.000 bicicletas por año, sacando unos beneficios notables.

Después de un año, esa cifra ha aumentado notablemente, en algunos casos más del 30%, por lo que Guachimey venderá en 2021 130.000. Una gran noticia.

Pero los precios de las materias primas y los envíos se han disparado, y hay que cuadrar las cuentas. La solución, aunque no sencilla, más eficaz, ya sabes cual es, que el comprador final pague entre un 5 un 20% más por su nueva bicicleta. Lo hará sin rechistar.

Pero las cuentas, sobre todo de ingresos y beneficios frente a gastos, siguen sin cuadrar. Por el momento, no se conoce una gran marca de bicicletas que haya disminuido sus ingresos, y mucho menos sus beneficios. Para contentar a sus dueños, los grandes grupos inversores, estas deben de presentar resultados positivos cada año, y con positivos no nos referimos a ganar un euro o 10 millones, sino a aumentar lo ganado en el ejercicio anterior. Como diría Louis Van Gaal, «Siempre positivo, nunca negativo«.

Pero hasta aquí, mas o menos se puede entender. Si tienes una empresa, es para que genere beneficios, pese a que algunos nunca tienen suficiente y siempre quieren más y más.

La guerra de las bicicletas

Si ponemos la vista en 2022, dentro de tres meses escasos, las cosas no pintan nada bien.

Los gurús de la industria de la bicicleta estiman que el mercado no se estabilizará hasta bien entrado el año 2024.

Esto supone más aumento de precios en bicicletas y componentes, mayor ausencia de estos, y continuos problemas de producción y envíos, sobre todo procedentes de Asia.

Y es que es allí donde reside el problema, en las grandes fábricas.

Existiendo infinidad de ellas, estas están recibiendo tal cantidad de pedidos con son incapaces de gestionarlo como años atrás, sumado esto a la escasez de algunas materias primas, pequeños componentes electrónicos y otros productos necesarios para la creación de bicicletas.

Aunque algunas marcas parece que están mudando su producción a países más cercanos como Italia o Portugal, al final, la mayor parte de los componentes necesarios para ensamblar una bicicleta proceden de Asía.

Y que ocurre cuando tus clientes te demandan más bicicletas y tu fábrica de confianza de toda la vida te dice que están desbordados. Sencillo, si tienes dinero, recibirás tu pedido. Si no tienes el suficiente colchón económico o solo compras una cantidad ínfima comparado con los pedidos de grandes marcas de bicicletas, te quedarás el último en ser servido.

Por si no ha quedado claro, si te encargo fabricar 130.000 cuadros cada año y fulanito te encarga solo 10.000, te «ordeno» que me sirvas primero a mi antes que a la competencia, y si hay que pagar un poquito más, no pasa nada, que mi cliente final no le importa mucho gastarse 100 euros más en su nueva bicicleta eléctrica.

Es una realidad, que el problema actual de suministro se va a llevar por delante a los más pequeños. No por norma general, sino por lógica. Habrá excepciones, pero también muchos casos.

Eso sí, durante el primer trimestre de 2022 y también de 2023, volveremos a leer lo bien que le van a los grandes fabricantes de bicicletas, que habrán vuelto a aumentar las ventas, los ingresos, y como no, los beneficios.

Si los inversores están contentos, ellos también.