Una de las noticias del ciclismo más sonadas del fin de semana, ha sido la victoria del africano Biniam Girmay en una de las clásica de primavera de renombre, la Gante Wevelgem 2022.
No es la primera victoria en ciclismo profesional de un negro, ni tampoco la primera del propio Girmay, pero puede que sea la más importante hasta el momento de un ciclista nacido en el continente africano.
Al menos la repercusión que ha tenido en los medios ha sido abrumadora.
Girmay fue subcampeón del mundo Sub23 en 2021 y en 2022 ya ganó en Alcúdia
Muchos se han preguntado siempre porque no había más ciclistas de color (o negros, no vamos entrar en como los denomina cada uno en su tierra) entre los profesionales de la bicicleta.
Y es que si hablásemos solo de africanos, el propio Chris Froome nació en Kenya, pero sus padres son británicos.
Los ciclistas negros son contados, tanto en carretera como en mountain bike, lo que a muchos les extraña, pues es conocida su gran genética como atletas en otros deportes.
Pero el ciclismo es así de «caprichoso», y para formarse como ciclista se necesitan una serie de requisitos básicos para que el deportista pueda alcanzar cierto nivel.
Estos son tan básicos como poder disponer de una bicicleta, de carreteras o caminos donde poder entrenar, de club ciclistas que les enseñen, entrenadores, competiciones, y un sin fin de cosas que la gran mayoría de países africanos no poseen.
Girmay es de Eritrea, un país del norte de África el cual tiene ya una larga tradición ciclista, deporte introducido por los colonos italianos hace más de un siglo.
En la actualidad y desde mediados de 2021, Biniam Girmay Hailu milita el equipo ciclista profesional World Tour Intermarché-Wanty-Gobert Matériaux, donde tiene contrato hasta finales de 2024.
Junto al atletismo, el ciclismo juega un papel muy importante en la vida de los eritreos.
«Los africanos serán los próximos colombianos»
Bernard Hinault
En 2015, ante el fichaje de algunos ciclistas negros por equipos World Tour, el gran Bernard Hinault hizo una declaración que, aunque no se ha cumplido por el momento, no anda muy desencaminada.
Y es que cabe recalcar que la victoria de Biniam Girmay en la Gante Wevelgem es sin duda alguna única por tratarse de un ciclista negro.
Muchos años atrás otros ciclistas africanos ya habían triunfado en el ciclismo profesional, pero no eran ciclista de raza negra.
Nombre como Marcel Molinès, argelino ganador de una etapa del Tour de Francia de 1950, o más recientemente el sudafricano Robert Hunter, ganador de dos etapas en La Vuelta Ciclista a España (1999 y 2001) o la general del Tour de Qatar.
Sea como fuere, el ciclismo, al menos el profesional, parece que sigue siendo un deporte «elitista» del primer mundo, donde sin la base y los medios adecuados, es muy difícil poder destacar.
¿Llegaremos a ver las declaraciones de Hinault hechas realidad alguna vez?