El crudo invierno en bicicleta, se puede convertir en todo un infierno, y no precisamente por que se vuelva calentito, cuando los ciclistas cometemos unos pequeños errores de principiantes.
A todos nos ha pasado, y a veces, por dejadez o demasiada confianza, nos siguen pasando.
Y es que hay cinco errores típicos que solemos cometer los ciclistas en invierno, y que hacen que nuestras salidas y rutas en bicicleta, se conviertan en todo un suplicio.
El frío, la lluvia e incluso la nieve, pueden ser más o menos llevaderos si nos ceñimos a años y generaciones de ciclistas que ya han pasado por esos malos tragos y han conseguido sobrellevarlo mucho mejor con estos consejos.
Hay muchos más consejos, pero con estos cinco básicos, podemos salir con más garantías de pasarlo bien sobre la bicicleta en invierno, y sobre todo, en los días más fríos.
Llevar la vestimenta ciclista de invierno adecuada
Como imaginabas, la vestimenta ciclista está en el primer punto importante en el que debemos fijarnos.
De sobra sabemos que llevar la equitación adecuada hará que no odiemos salir a montar en bicicleta en invierno.
Principal punto donde fijarse, las manos, cuello, cara y los pies.
Para muchos ciclistas, tener dos juegos de zapatillas no es posible, pero si es muy recomendable utilizar unas zapatillas para montar en bicicleta especiales para bajas temperaturas.
Si no es posible, unos botines o cubrebotas como estos nos protegerán del frío e incluso la lluvia. El único problema, que si no somos muy cuidadosos, y sobre todo en mountain bike, terminarán hechos jirones en pocos días:
Para los más frioleros, existen guantes con calentadores eléctricos.
La braga en el cuello y cara no puede faltar, así como un pañuelo dentro del casco o una gorrita ciclista para los que tengan poco pelo.
Hay muchos más trucos para la vestimenta ciclista en invierno. Puedes verlos todos en este artíclo:
Olvidarse de beber a menudo, incluso si el agua está helada
La hidratación, ese punto que muchos olvidamos cuando llega el frío o comienza a llover.
Montando en bicicleta, sea la época del año que sea, debemos estar, ir y terminar siempre bien hidratados.
Aunque no sudemos, eso no quiere decir que no estemos perdiendo líquidos continuamente, y más pensando que el motor no se nos sobrecalienta y apretamos aún más fuerte los pedales.
La táctica para invierno sigue siendo la misma que en verano y otra época del año, beber pequeños tragos cada pocos kilómetros para mantener el cuerpo hidratado.
Si somos reacios a beber algo tan frío, que incluso puede llegar a congelarse, basta perder cinco minutos para hervir agua antes de salir y prepararnos un té u otra bebida ligera caliente.
Existen bidones ciclistas térmicos o fundas de neopreno para mantener la bebida caliente.
Hacer rutas demasiado largas o alejadas de nuestra casa
Puede ser que en invierno nos apetezca más ir más relajados y hacer salidas kilométricas, descubrir nuevos caminos y carreteras, incluso hacerlo en solitario.
Pero el frío, sobre todo cuando el sol comienza a bajar, nos puede jugar una mala pasada.
Si montamos más tiempo o más kilómetros de lo habitual, lo normal es que tengamos menos fuerzas y ganas según vayan pasando esos kilómetros.
Si coincide que nos alejamos de nuestro punto de partida o llegada más de lo que habíamos planeado, y comienza a bajar la temperatura, según «Murphy», seguramente surjan otros problemas, como puede ser un simple pinchazo, que la cadena se parta o cosas peores.
Planificar bien tus rutas, con tiempo de sobra para realizarlas y no alejarnos demasiado de casa, sobre todo si vamos solos, puede salvarnos de pasar más frío del que realmente queríamos pasar.
En invierno, el Tubeless es incluso mejor que en verano
Suena raro, y seguramente no lo hayas escuchado, pero llevar ruedas o cubiertas Tubeless en invierno es mucho mejor que en verano.
A la hora de evitar pequeños pinchazos, más o menos es lo mismo, pero a la hora de tener que cambiar una cámara por que hayamos pinchazo por no llevar Tubeless instalado en nuestras ruedas, te aseguramos, que no es lo mismo en verano que en invierno.
Si has pasado frío montando en bicicleta, como cualquier ciclista del mundo, sabrás que ponerte a cambiar una cámara con los dedos de la mano congelados, es lo más doloroso que experimentarás jamás.
Lo mismo ocurre bajo la lluvia, con todo mojado, o lo que es peor, embarrado con la bicicleta de montaña.
Por eso, en invierno, el Tubeless es tu amigo igual que en verano.
Si ya lo utilizas, cerciórate de que el líquido sellante se encuentra en buenas condiciones y sobre todo, que tus cubiertas tengan líquido, pues tras los meses de verano, este se suele evaporar como el alcohol.
Eso si, si aunque lleves Tubeless en tu bicicleta, nunca salga sin una cámara y parches de repuesto. Eso también te puede salvar de pasar más frío de lo normal y de una buena bronca en casa por llegar tan tarde.
Llevar demasiada ropa o no abrigarse después del esfuerzo
Al igual que llevar la ropa adecuada para montar en bicicleta en invierno, hay quienes pecan de llevar demasiadas prendas o demasiado cálidas.
Al igual que en montañismo o senderismo, cuando hace mucho frío, la regla de las tres capas también suele funcionar en el mundo del ciclismo.
Una camiseta térmica interior traspirable (como todas las prendas de ciclismo), una capa intermedia como una chaquetilla ligera y si hace mucho frío, una buena chaquetilla, si es cortavientos mejor aún.
Pero claro, no es lo mismo ir por carretera a 35 km/h que no va dando bien el airecito y refrigerando el motor, que ponerse a subir un puerto, o bajarlo durante muchos minutos a gran velocidad.
Por eso, todas las prendas ciclistas han de ser transpirables, y la gran mayoría cuentan con cremallera o aberturas para que evacuar el sudor y la condensación de nuestro cuerpo del interior.
Por este motivo, cuando notemos que comenzamos a notarnos algo húmedos o con un poco de calor, lo mejor es ir abriendo cremalleras o quitándonos capas, para cuando comencemos a notar más frescor, comenzar a cerrarlas o ponernos más.
Lo peor que podemos hacer los ciclistas en estos casos, es ir demasiado abrigados durante el esfuerzo, y luego quedarnos fríos al estar totalmente sudados y las prendas empapadas que no secarán en toda la ruta aunque sigamos montando en bicicleta.