Aunque el título no es lo más correcto posible, no he visto la manera más corta de resumir este tema de las bicicletas de Gravel Bike para que más o menos se entienda.
Pero no te quedes con el título, a continuación, y de forma muy breve, paso a explicarte.
El Gravel Bike sigue de moda, aunque cada vez estabilizándose más las ventas y el uso que aumentando como en pasadas temporadas.
Bicicletas al más puro estilo de carretera pero con ruedas anchas y lo suficientemente robustas y cómodas como para hacer kilómetros por la…, (iba a poner montaña, pero no cuela)…, hacer kilómetros por pistas.
Hay quien la usa a diario para ir por la ciudad, o de vez en cuando cuando quiere cambiar de tipo de bici, o quien la usa los domingos para ir con la grupeta gravel y realizar la tirada de la semana.
Aunque menos, también hay quienes las utilizan para hacer cicloturismo o viajar con alforjas allá donde exista camino o carretera.
Y es aquí donde llega el punto del tema en cuestión.
Gravel Bike si roscas portabultos, ni soporte de más de 100 kg, y algunas hasta con un mísero botellero de agua
Las Gravel Bike son cada vez más ligeras, con horquilla de suspensión, algunas con suspensión trasera, otras incluso eléctricas, pero la esencia del Gravel parece que se pierte con los nuevos diseños.
Qué menos que unas roscas los tirantes y las punteras para poner un portabultos trasero, o en la horquilla para hacer lo propio.
Seguro que alguno sale con lo de «Es que hay bicicletas gravel para viajar, gravel para ciudad, gravel para competir, etc….»
O tres anclajes para poder llevar tres bidones de agua o tres botellas de litro y medio, o para guardabarros, por no decir el límite de algunas Gravel Bike que se asemeja a las bicicletas de XCO más ligeras del mundo, donde el ciclista no puede sobrepasar los 90 kg de peso.
Una bicicleta de Gravel Bike no puede perder su esencia, ni tan si quiera para competir en la Copa del Mundo de la especialidad.