Los ciclistas no suelen ser angelitos que entrenan, comen sano, y duermen, día sí y día también. Al igual que Geraint Thomas, conocemos a muchos ciclistas, profesionales y no profesionales, que en cuanto pueden, se van de comilona, de copas y si las fuerzas aguantan, de fiesta terminando totalmente borrachos.
El ciclismo profesional actual sin embargo no permite este tipo de excesos, ni tan si quiera uno de los 365 días al año, al meno para las grandes estrellas.
Todo está controlado al milímetro, desde las horas de sueño, las calorías, lo kilómetros, o ya algo más sofisticado las pulsaciones o la potencia de cada pedalada.
Pero volviendo al tema de empinar el codo, parece que tenemos un auténtico experto en ello.
Este no es otro que el ganador del Tour de Francia de 2018, don Geraint Thomas.
Siempre que su calendario de competiciones y eventos anuales se lo permite, regresa a su Cardiff natal, donde suele quedar con amigos y conocidos.
Como buen británico, y no es ningún tópico, acude a los pubs británicos, los centros sociales más concurridos, y donde los grifos de cerveza corren sin parar.
Me he emborrachado 12 de las últimas 14 noches
Geraint Thomas
Pero una cosa ir a tomarse una cerveza o dos y charlar sobre la vida, y otra muy diferente lo que parece confirmar el bueno de Geraint.
Según Geraint Thomas, tras doce noches seguidas bebiendo, ahora puede tolerar mejor el alcohol
Según el ciclista del Ineos Grenadiers, que acaba de renovar el contrato con su equipo por dos temporadas más a sus 37 años de edad, ha salido «de fiesta» con sus colegas todos lo días de las últimas dos semanas.
De 14 días, afirma que 12 ha regresado a casa borracho.
La tolerancia al alcohol es menor cuando comienzas, pero siento que ahora tengo una buena condición para beber
Geraint Thomas
Geraint Thomas achaca estos días de fiesta al regresar a casa a lo más normal del mundo, quizás a una tradición británica de su Cardiff natal.
En la entrevista realizada al diario Times, Geraint Thomas deja algunas perlas como estas sobre beber alcohol:
«Las últimas dos semanas, honestamente, creo que he estado borracho 12 de las 14 noches.
Desde que regresé a Cardiff, ha sido una locura. Así es como vuelves a ver a tus amigos y te dicen: ‘Oh, ¿quieres ponernos al día?. Sí, vayamos a cenar o simplemente vayamos al pub’.
No bebo en temporada, salvo alguna que otra copa, pero fuera de temporada te dejas llevar.
Sin duda, la tolerancia al alcohol es menor al principio, pero siento que ahora tengo una buena condición para beber.
No sé si es una mentalidad británica o australiana, la cultura de simplemente salir y emborracharse cuando eres joven.
Eso se queda contigo y así es como socializo. Vas al pub, te encuentras con tus amigos, te tomas unas pintas y te vas a casa.
Y es un efecto en cadena: tomas unas cuantas copas, te apetece comer y al día siguiente tienes resaca y quieres algo salado, tocino o algo así.
Ese estallido, esa verdadera normalidad, es lo que necesito, porque ahora pienso: ‘Compañero, realmente tengo subirme a mi bicicleta y centrarme.»