Que abandone un esprinter el Giro de Italia, vale. Que abandonen un par de gregarios de un equipo que no es WorldTour, también vale. Pero que abandone el ganador de la etapa, la nueva maglia rosa, y el máximo aspirante al triunfo final, ya no vale.
Claro está que todo tiene un límite, y en este caso con el abandono de Remco Evenepoel se ha sobrepasado con creces.
Esto ha llevado a la organización del Giro de Italia a tomar medidas drásticas para evitar una estampida en masa como las que vivimos hace un par de años en todas las competiciones ciclistas.
Cuando todo parecía que volvía a la normalidad, la realidad nos lanza un nuevo jarro de agua fría.
El positivo por el bicho de Evenpeol ha traído consecuencias para todos los ciclistas y miembros del Giro de Italia
Las mascarillas se han eliminado prácticamente de cualquier acto social, incluso en España, donde hasta hace bien poco era obligatoria en el transporte publico (cuando no lo fue nunca en muchos países europeos durante lo peor de esta pesadilla), ya no lo es.
Pero el Giro de Italia ha decidido que todo aquel que esté en contacto con los ciclistas profesionales o se acerque a ellos, deberá llevarla a partir de ahora.
Esto implica que todas las zonas comunes por donde circulen los ciclistas, el personal deberá llevar siempre la mascarilla puesta.
Una medida para algunos impopular, y para otros que llega tarde, sobre todo por el abandono de Remco Evenepoel hace tan solo un par de días.
