Odiadas y amadas a partes iguales, lo cierto es que las transmisiones de las bicicletas (platos, cadena, piñones y cambio), son fiables a la vez que algo anticuadas.
Aunque ya he hablado alguna que otra vez sobre el tema, el futuro, el cual pasa inevitablemente por las bicicletas eléctricas, traerá consigo algunos cambios, nunca mejor dicho, en las actuales transmisiones.
Romper la cadena, barro y suciedad, roturas de cables o camisas, o el desgaste prematuro de cada una de las piezas de una transmisión de bici son pequeños grandes problemas.
Muchos ciclistas se quejan de lo poco que duran las cadenas por ejemplo.
O que cuando tienen que cambiar la cadena, les toca cambiar de plato. A veces platos y piñones a la vez. Una pasta.
Y es cierto, no es nada agradable ni barato tener que hacerlo, sobre todo cuando haces más kilómetros que los profesionales al año o tienes un grupo tope de gama.
Un eje de pedalfer transforma la energía de nuestro pedaleo en energía eléctrica
Lo cierto es que las posibilidades son infinitas, y aunque la electricidad esté presente, no por ello estaremos montando en una bicicleta eléctrica al uso.
Ya existen sistemas de bicicletas eléctricas, cuyo eje de pedalier recoge la energía que generamos al pedalear y mover las bielas, y la envía directamente a un motor colocado en el buje.
¡Voilà!, ya hemos eliminado de un plumazo toda la transmisión mecánica de la que hablamos.
Y no, no es ciencia ficción. Desde hace algunos años ya existen empresas que ha desarrollado estos sistemas (no los veras en Sram o Shimano, tienen a buen recaudo la gallina de los huevos de oro).
Una de ellas es Schaeffler y su sistema denominado «Free Drive» creado junto a Heinzmann.
Con su Free Drive han ido un paso más allá, y además de transmitir la energía eléctrica desde un generador colocado en el eje de pedalier hasta el motor del buje, también consiguen almacenarla en una batería.
De esta manera, cuando vamos pedaleando y generamos más energía de la que el motor demanda, esta va una batería de litio para que no se pierda.
De la misma manera, el sistema de frenado regenerativo consigue cargar la batería cuando frenamos.
La inteligencia artificial y el ordenador de abordo son la clave
En este tipo de transmisiones «eléctricas», existen muchos flecos e infinitas posibilidades.
Para uso en ciudad o para pasear por el carril bici, no hace falta mucho más, pero para un uso deportivo o competitivo, aún queda mucho por hacer.
Los cambios o marchas podrán y seguirán existiendo, pero ya sin cadena, piñones o platos,
Los cambios serán electrónicos y analizarán infinidad de datos:
- Cadencia del pedaleo
- Potencia del ciclista
- Pulsaciones del ciclista
- Pendiente del terreno
- Velocidad
- Climatología
- Telemetría de las suspensiones
- Tracción de las ruedas
- Etc…
Cuanto más datos sea capaz de analizar en tiempo real el ordenador de abordo, más real será la experiencia además de más eficiente.
Para describir cada punto necesitaría un artículo para uno de los datos, pero basta poner un ejemplo para que veas por donde van los tiros.
Al no haber cambios físicos, el sistema detectara la potencia y cadencia de pedaleo, y hará que el pequeño generador en el eje de pedalier ofrezca más resistencia (generamos más energía), o menos (poca energía).
Estos grados de potencia y cadencia (junto al resto de la lista anterior), estarán preconfigurados en el ordenador de abordo, al igual que las actuales ebikes con sus modos, ECO, NORMAL o TURBO.
Pero también se podrán personalizar para cada ciclista, pues no todos pedaleamos con la misma potencia o cadencia y durante el mismo periodo de tiempo.
Como digo, estos sistemas ya existen, y cada vez los veremos más en bicicletas eléctricas.
¿Pero lo veremos las transmisiones eléctricas en bicicletas «no eléctricas»?