¿La vestimenta influye en como ven a los ciclistas de montaña los demás usuarios de los caminos?

La polémica está servida, o no… Esta semana movida por las declaraciones de un agente forestal diciendo que las bicicletas echan chispas y crean incendios en el monte, ya venía calentita en las redes sociales.

Ahora llega el turno de IMBA España, que en principio siempre está a favor de la mayor parte del colectivo de ciclistas de montaña, pero esta vez, ha señalado directamente a un sector en concreto de bikers, o mejor dicho, ha criticado la forma de vestir o la indumentaria ciclista que llevan al monte algunos ciclistas, los cuales según sus palabras, parece que van a una Copa del Mundo de Descenso o competición de Enduro.

En concreto critica a los ciclistas de montaña que van a la montaña con cascos integrales, coderas, rodilleras o protector cervical, a priori accesorios utilizados para la alta competición y lo hacen normalmente en grandes grupos y no siendo nada «discretos».

En teoría, este tipo de ciclistas se dedica a bajar a tumba abierta por caminos y senderos públicos, donde existen más usuarios a los cuales hay que respetar al 100%, teniendo ponernos a su ritmo e incluso parar cuando nos crucemos con alguno: senderistas, animales, etc.

Pero la cuestión es que las declaraciones no han gustado a la gran mayoría, pues al igual que existe gente que va en licra, bici rígida y casco normal a 200 por hora por cualquier sendero y no respeta a nadie, también hay endureros y ciclistas de dh que van protegidos como hemos descrito y cuando ven a otro usuarios siempre paran, saludan y siguen su camino sin armar mucho ruido.

Está claro que la masificación está haciendo mucho daño, pero más daño aún están haciendo estos cafres que no respetan nada ni a nadie, y que cada vez más proliferan en cualquier parte, no solo en la montaña.

Cierto es que intimida más un ciclista que va bajando a gran velocidad con un casco de «moto» y que parece más un Ironman que una persona montando en bicicleta de montaña, que otro que va haciendo una ruta con la indumentaria minimalista de un «rally man«. Las cosas como son. Pero no por ello quiere decir que uno sea un santo y el otro un peligro de los montes.

Si no se tiene educación y respeto, da igual como vayas vestido, basta que existan tres desgraciados de estos para que a los demás usuarios de los caminos nos metan a todos en el mismo saco.

¿Tú crees que la vestimenta importan en como nos ven los demás usuarios de los caminos?.

Os dejamos con las palabras de IMBA y el enlace donde en los comentarios se les critica duramente por ello.

Imba España:

«NOS ESTÁN GANANDO «EL RELATO»

Como dicen los modernos y los politólogos: «nos están ganando el relato». Y ¿qué es eso del relato? Pues es muy sencillo, es una forma de contar los hechos generalmente contraria a la verdad.

Hay instituciones, asociaciones y ciertas personas, conocidas por todos, que están muy interesadas en criminalizar descaradamente a los ciclistas y a las bicicletas, sobre todo en los montes y la naturaleza.

Desconocen que es la actividad deportiva más practicada en España, 38,7% anualmente y 22,2% semanalmente, ni futbol ni otros deportes se practican tanto.

Ahora bien, ¿no les estaremos haciendo el trabajo nosotros mismos?

La verdad es generalmente incómoda, pero ahora y en este asunto lo es más.

No entendemos que grupos de ciclistas circulen por sendas de montaña equipados como para correr el campeonato del mundo de DH, con todo tipo de protecciones, cascos integrales, protecciones para el cuello, etc. cuando no son en absoluto necesarios.

Que cada uno se viste como quiere, cierto. Que vestirse así se debe hacer en un Bikepark o instalación dedicada a ello, más cierto.

Vemos muchos grupos disfrazados literalmente de campeones del mundo de DH en pistas y senderos que no reclaman esa protección, entre otras cosas por que son caminos o senderos abiertos al uso público, es decir, al uso de todos los ciudadanos y no es de recibo circular a la velocidad que requieren esas protecciones. No se puede. Digámoslo claro de una vez.

Ciertas prácticas se deben realizar sólo en espacios destinados a ellas y con las condiciones necesarias, no en caminos o senderos abiertos al uso público.

La imagen que producen es muy negativa y provoca recelo en los habitantes y usuarios de estas zonas. De ahí a las prohibiciones sólo hay un paso. Y lo decimos después de 15 años de pelear y tener que soportar las recriminaciones de autoridades, administraciones y ciclistas. No contentamos a nadie.

En definitiva, tenemos el enemigo dentro y hay ciertos ciclistas que parecen trabajar en contra del colectivo con actitudes y formas que no son de recibo.

Todo esto son balas para la metralleta que nos apunta a todos y no dudéis que nos van a «disparar» en cuanto puedan, como ya vemos que están haciendo.

Por eso pedimos que revisemos todos nuestra forma de montar y comportarnos en los senderos y seamos conscientes de que la actitud de cada uno va a repercutir en el colectivo.

Sabemos que a más de uno no le van a gustar nuestras opiniones, pero debemos tomar conciencia de que es la realidad y hay muchos interesados en «comernos la tostada» y ganarnos el relato de cara a la opinión pública.

En nuestra mano está que no lo hagan, no les demos facilidades.«

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