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La penúltima

La temporada de verano, y por lo tanto de bici en el bike park de La Pinilla, ha llegado a su fin. Grandes momentos en forma de recuerdos se quedaran para siempre grabados en nuestra memoria, sobre todo, este último fin de semana de tres días, donde hemos podido disfrutar del sol, la lluvia, la niebla, el viento, e incluso algunos copos de nieve, pero ante todo, hemos podido disfrutar de nuestros mejores senderos sobre en un paraje para muchos de nosotros, de ensueño.

Esta ha sido nuestra «penúltima» bajada de la temporada, una bajada épica por el circuito «Iniciación» y terminando por el nuevo tramo del «Exit», donde la niebla, el frío y el barro hicieron que la disfrutásemos aun más, y por si no fuera poco, tuvimos que hacerla entera sin pedalear, «from top to bottom», debido a las diversas averías que sufrimos durante el día en la transmisión de nuestras bicis.

El buen tiempo, el terreno húmedo y el patrullero Dani dándolo todo con su Demo.

El jefe de Patrulleros, o eso dicen. Javi «boletus» y su cuello invertido.

Subir al Pico del Lobo en bici (y después bajar ;-), un objetivo pendiente realizado. La Pinilla no es tan pequeña como algunos puedan creer.

Mr. Mariachi preparando la cena, las habitaciones compartidas con literas del Albergue turístico y la merecida cerveza con limón al llegar al Pico del Lobo.

Juan y Antonio, mano a mano.

El domingo, día de lluvia y frío, muchos buscaron otras tareas no menos complicadas de hacer…

La primera en probar el barro en la mañana fue Maria, dejando claro que el descenso no es para hombres.

Más féminas que optan por disfrutar con la bici en La Pinilla. Gran video de Soraya González sobre su Giant:

Juanfe, otro grande donde los haya. No hay quien lo pare.

Al atardecer, Aitor, Zobe y un servidor, aprovechamos que el bike park estaba casi vacío para tirar las últimas fotos de la temporada en unas condiciones un tanto adversas, como en realidad nos gusta.

Y para probar algunos tramos «secretos» que llevaban tiempo esperando ser pisados.

Alguna pequeña caída sin consecuencias, averías y muchas risas sobre el resbaladizo terreno.

Algunos ni si quiera con el terreno seco nos atrevemos a tirarnos por ahí…

Entre foto y foto ocurría esto. A veces llovía tanto que no veíamos por donde bajábamos.

Y llegó la hora de lavar las bicis, y tirar la ropa a la basura, o casi…

Desde aquí, agradecer a todos mis compañeros, trabajadores y usuarios del bike park por hacer de esta una gran temporada, que intentaremos mejorar, si es que podemos, cada año.