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La Guardia Civil alerta de posibles trampas ciclistas en Albacete

En 2015, un ciclista de montaña falleció a causa de una trampa ciclista en Cantabria - Archivo

Ayer era desde el Reino Unido donde nos llegaban varios casos de trampas para ciclistas detectadas en diversos senderos de todo su territorio, condiciendo además con la vuelta de sus ciudadanos a montar en bicicleta de montaña o pasear con más libertad de movimiento.

Tras meses de confinamiento, parece ser que las personas que se dedican a poner trampas han tenido tiempo suficiente, y pocos testigos, para poder cometer sus delitos a sus anchas.

Pero por otro lado, la gran afluencia de caminantes y senderistas (sin culpar a estos) que hemos visto durante las primeras semanas tras poder volver a realizar deporte en la vía pública o el campo, puede que haya tenido algo que ver también, como alertaban los agentes ingleses.

Muchas personas que viven cerca de algunos senderos concurridos por ciclistas de montaña, puede que no estuviesen muy contentos con que personas de la ciudad o de otros municipios cercanos, se paseen con sus bicicletas por donde ellos suelen salir a diario a pasear y residen.

La semana pasada, la Guardia Civil de Abacete alertaba a los ciclistas para que estuviesen antentos ante estas trampas para ciclistas.

Normalmente, y es bastante común, se pueden encontrar ramas o piedras en medio de los senderos, con el fin de entorpecer la marcha de los ciclistas y de los motoristas de campo.

El problema de estas pequeñas trampas es que pueden causar graves lesiones en caso de caída, como ya ha sucedido en varias ocasiones.

Pero luego están las que van a hacer más daño aún

Esta misma semana, desde La Rioja, se alertaba de una posible trampa colocada en un camino.

En concreto ha sido localizada en el Pico del Águila, en Lardero, lugar muy frecuentado por los ciclistas de montaña riojanos.

Aunque en este caso parece ser un cable que delimita un camino privado que sirve de acceso a un coto privado de caza y una empresa de cerámica, el cual lleva años allí colocado y no tiene señalización adecuada que alerte a los usuarios que pudieran pasar por el lugar, con el consiguiente peligro que supone.

Alguno de los nuevos deportistas que hemos visto estos días atrás, que seguramente ha debido entrar en esta propiedad privada, se debió de topar con varios cables enrollados entre si por sorpresa.

Estos objetos pueden terminar siendo trampas mortales para los ciclistas y consisten en alambres cruzados de lado a lado del camino.

Así que por desgracia, hay que andarse con mucho ojo estos días, y sobre todo denunciar la más mínima prueba de posibles trampas o peligros para los ciclistas en la montaña.