Recuperado, seguro que no estaba tras tres semanas de ataques, kilómetros, calor, caídas, cronos y pájaras. Es imposible que Tadej Pogacar se haya recuperado como por arte de magia.
Lo que si ha recuperado es su ansia de victoria, como ganador nato que es.
Hoy el día en a vigésima etapa del Tour de Francia 2023 se esperaban movimientos, y hubo muchos, y de mucha calidad.
En la fuga del día se colaba Giulio Ciccone en busca de los puntos de la montaña. Cuando consiguió la suma necesaria para ganar la general, se descolgó.
También Tom Pidcock, en busca de aventura y por qué no, acercarse de nuevo al top ten de la general.
Quien más carne en el asador puso, y frente a su afición, fue Thibaut Pinot. El francés se marchaba en solitario en la penúltima ascensión del día, pero su fiesta terminó cuando Tadej Pogacar decidió atacar en el siguiente puerto.
A falta de 13 kilómetros para la meta, el esloveno probaba suerte, pero como era de esperar, Vingegaard se soldaba a su rueda.
Carlos Rodríguez y Sepp Kuss sufrieron una aparatosa caída en la que se ambos se golpearon en la cara
Felix Galla, en busca de mejorar en la general se unía, y más tarde los «Yates», Adam para asegurar el podio de mañana en París, y Simon para birlarle la cuarta plaza a Carlos Rodríguez.
Los últimos kilómetros del último puerto del día, Pogacar se limitó a ir a rueda de Vingegaard y Felix Gall. Era curioso ver como el del Jumbo-Visma miraba cada tres segundos para atrás temeroso de un arranque del esloveno.
Con la ayuda de Adam Yates, quien preparó el terreno para el esprint final, Pogacar no perdonó, ni tan si quiera a un avispado Vingegaard que también quería la victoria de etapa.
Simon Yates arrebataba la cuarta posición en la general a Carlos Rodríguez.
No, físicamente no está recuperado, pero mentalmente, Tadej Pogacar siempre será un ganador.
