Emocionante recorrido, con rampas cortas, pero muy empinadas; vertiginosas bajadas, estrechos senderos y largas pistas para rodar.
Los amigos de BIKEPANTOJA diseñaron una divertida marcha MTB, con 57 km de distancia y 1.400 m de desnivel acumulado. Con un perfil sin largas ascensiones, aunque al final, se ha hecho exigente en el plano físico, pero aún más en el plano técnico. Desde luego, no es una marcha MTB popular, a la que puede asistir cualquier persona que monte en bici.
A las 9:00 h del domingo 8 de septiembre en la plaza de Pantoja, con algo de retraso por la afluencia de inscripciones de última hora (270 bikers), salimos neutralizados por las calles del pueblo y, en cuanto pisamos camino, se formó la estampida.
Fresco por la mañana, pero según avanzaban las horas, la temperatura fue subiendo y pudimos disfrutar de una agradable mañana, nunca sofocante.
El terreno, extremadamente seco, con mucho polvo y enseguida nos enfrentamos al «sacacorchos» que da nombre a la prueba. Un sube, baja y gira que destroza el grupo y coloca a cada biker en su sitio.
El paso por el Pinar de Valhondo nos pone a todos a prueba y nos hace aplicarnos seriamente. Es un oasis verde en medio del desierto.
Al paso por Alameda de la Sagra, agradecimos el agua del avituallamiento y pasamos por el Campo de Tiro y Las Salinas, entre extensos campos de olivos que nos conducen hasta Añover de Tajo.
A las afueras, tomamos Valdelobos (un estrecho cañón, con un sendero muy rápido y complicado de realizar) y, en cuanto salimos, recorremos un pinar antes de afrontar la subida al cerro de las antenas (Cerro San Gregorio).
Sorprendente bajada. Por la zona de Las Vagonetas, iniciamos la ascensión a la Ermita de La Soledad, donde estaba ubicado el segundo y último avituallamiento.
Repuestos de líquidos y alimentos, una nueva bajada nos deja en la Cuesta Vieja de Añover de Tajo para llevarnos a la imposible Cuesta del Gas. Todos, con pie a tierra para subirla. Transitamos por Fuenteamarilla y, tras la subida de Val de la Cueva, empezamos a adivinar el casco urbano de Pantoja.
Enorme susto cuando pasa a nuestro lado el AVE –pensé: vaya, pues sí que vienen deprisa éstos– y atravesamos el pueblo, lo rodeamos y entramos por una calle que nos lleva a la plaza, donde nos esperan con una animada música y los últimos gritos de aliento del speaker.
A la llegada, no faltan en la barra las bebidas y, tras la entrega de premios, pudimos degustar una rica caldereta.
Impecable la señalización, cruces perfectamente asistidos por los integrantes de BIKEPANTOJA, de voluntarios y de personal de Protección Civil, Policía Local y, a veces, Guardia Civil.
Agradecer al Ayuntamiento de Pantoja su implicación en la organización de la prueba, así como a los patrocinadores y colaboradores.
Destacar el esfuerzo y la dedicación que ponen todos los miembros del club BIKEPANTOJA, en especial Rafa y Javi.
Estar atentos para la próxima edición, porque merece mucho la pena hacerla. Os va a poner a prueba, tanto técnicamente como físicamente.
Nos vemos por los caminos…