Increíble laberinto de callejas estrechas, con muros de piedra que delimitan las fincas a ambos lados y que son la peculiaridad de la marcha.
Después de un sábado con una climatología atípica para el mes de julio, el domingo 20, amaneció fresco, pero despejado y con tendencia a mejorar la temperatura a medida que fuera avanzando la jornada.
En Navalmoral de la Sierra (Ávila), desde muy temprano un gran grupo de voluntarios trabajaron para decorar la plaza del ayuntamiento, donde iba a tener salida y meta esta segunda edición de la Ruta de las Callejas.
A las 10:00 h, la alcaldesa cortaba la cinta y dio la salida a 130 bikers entre los que estaba el profesional y vecino de la zona, Francisco Mancebo y el vencedor de la anterior edición y afortunado ganador de nuestro concurso de la inscripción gratuita, Javier Marugán.
Salida neutralizada y primeros momentos de nervios entre los que pretendían disputar la prueba, ya que el salir bien colocado, sería fundamental, porque el peculiar recorrido de la ruta hace muy complicado los adelantamientos.
En los primeros kilómetros, Javier Marugán rompió la cadena y con la ayuda de un compañero, arregló relativamente rápido, pero a pesar de una gran remontada, no pudo revalidar su título y se tuvo que conformar con un meritorio 10° puesto.
Francisco Mancebo, entró el primero en meta con una clara diferencia sobre sus inmediatos seguidores. Sorprendente, las ganas de bici que tiene aún el veterano Mancebo.
El recorrido, discurre por un entramado de caminos estrechos, flanqueados a ambos lados por muros de piedras, con continuos giros y cambios de sentido.
Todo ello combinado con alguna zona técnica, tanto de bajada como de subida y como traca final, la ascensión por «La Bardera» por donde intuimos la zona alta de la carretera del puerto de Navalmoral que une esta localidad con la ciudad de Ávila.
Intenso descenso hasta la zona de la presa y últimas «callejas» antes de entrar en meta.
En los 37 km, no hay un momento para la contemplación del bello entorno, por una zona donde siempre cuento que existen dehesas de postal, con grandes encinas y praderas donde pasta el ganado. Todo ello, acompañado de un gran número de aves y rodeado de sierras elevadas con puertos míticos de Ávila: Mijares, Serranillos, Navatalgordo, Navalacruz, Navalmoral y La Parameda.
Destacar las subida de la Bañera, muy empinada y técnica, que casi todos tuvimos que hacer con el pie en tierra.
Una prueba muy recomendable, porque sin duda es intensa y entretenida, correctamente señalizada y donde toda la organización y los voluntarios, miman a los participantes.
Sorprendente la disposición de todo los voluntarios de la población, incluida su alcaldesa que estaba al pie del cañón en todo momento. Felicitar a los organizadores por ser capaces de crear ese gran equipo y de implicarles de tal forma.
Atentos a su próxima edición y reservar un hueco en vuestras agendas deportivas para pruebas como esta, donde os encantará disfrutarla.
Nos vemos por los caminos…